Ultra, loco, histriónico, radical. Los calificativos se agotan para referise a Milei, presidente electo de Argentina. Algo parecido sucede con su Vicepresidente (con e) electo, Victoria Villarruel, que se hará llamar vicepresidente y no vicepresidenta en homenaje al español, al lenguaje castellano; no necesito hacer política con el género de las palabras, decía recientemente. Pocos ejemplos de unanimidad de criterio en la crítica, y en la descalificación, encontrarán en los medios como el que se ha producido con el líder de La Libertad Avanza.
A Milei se le compara con Trump o Bolsonaro, no con Meloni y, es curioso, porque la Primera Ministra italiana fue saludada por la prensa de nuestro país con una macedonia de descalificativos parecida a la que ahora da la bienvenida al presidente qué será presidente de los argentinos a partir del próximo 10 de diciembre.