Uno de los errores más flagrantes que ha cometido Sánchez es insultar al líder del Partido Popular alemán, país más potente de la UE y del BCE (lugar del que proviene mucho dinero para España). Sánchez ha respondido a Weber con un duro discurso en el que ha utilizado a Vox para justificar todos sus pactos y medidas, señalando a los de Abascal por ser "antieuropeístas" y preguntado al alemán si está de acuerdo con algunas de sus afirmaciones en ese sentido.
El presidente se ha parapetado en todo momento en este partido para defenderse, a lo que Weber, desde su escaño, le ha replicado recordando que en Alemania los dos grandes partidos de derecha e izquierda se pusieron de acuerdo para frenar a la ultraderecha del país, algo que no ha ocurrido en España. Sánchez ni siquiera ha esperado para escuchar la réplica del alemán y se ha marchado rápidamente del Parlamento europeo mientras hablaba.