Vox afronta las próximas citas electorales sin grandes expectativas. El partido no se juega casi nada en Galicia y en el País Vasco apenas el poder revalidar un diputado. Ambos comicios servirán, como mucho, para confirmar su tendencia a la baja o si son capaces de mantener resultados. La clave, sin embargo, serán las europeas, donde Santiago Abascal se la juega.
Con la vista puesta en estas elecciones (las primeras nacionales que se van a celebrar después del 23-J y en las que tienen opciones de mejorar los 4 eurodiputados de 2019 al ser circunscripción única), el líder de Vox ya dio pistas en la Asamblea del pasado mes de enero sobre quiénes podrían integrar la lista del partido en Europa.
Durante su discurso agradeció la labor desempeñada en Bruselas a los eurodiputados Jorge Buxadé, Hermann Tertsch y Margarita de la Pisa, a los que nombró expresamente. Unos elogios que vendrían a confirmar su intención de seguir contando con ellos, aunque se desconoce en qué puesto.
Sin embargo, el líder de Vox no nombró a su cuarta eurodiputada, Mazaly Aguilar, enfrentada desde hace años con la dirección nacional, y que no suele participar de la actividad que desarrolla la delegación de Vox en Europa. De hecho, Buxadé y los consejeros autonómicos del partido se reunirán con el comisario de Agricultura europeo, Janusz Wojciechowski, el próximo 14 de febrero, sin que esté confirmada la presencia de Aguilar.
A la espera de conocer si Buxadé sigue encabezando la lista en Europa, como hizo hace cinco años, no se descarta la posibilidad de que Vox lleve a cabo algún fichaje mediático para dar mayor impulso a la candidatura, en plena salida de rostros conocidos y cuando arrastran una crisis interna desde hace un año.
Algunas encuestas llegan a dar al partido hasta 7 eurodiputados, lo que les permitiría coger aire en un momento especialmente difícil para el partido. A nivel interno, sin embargo, algunos descartan la posibilidad de poder superar los 5 eurodiputados.
En 2019 consiguieron 4 en un momento también complicado, después de entrar en el Congreso con 24 diputados, muy por debajo de las expectativas generadas, como demostraron las elecciones posteriores de noviembre en las que lograron 52 escaños. Lograron 4 eurodiputados sin apenas estructura de partido, con todo por hacer a nivel interno, de ahí que, si sólo se mantienen, sea difícil poder venderlo como un éxito.