Como un clavo ardiendo. El PSOE y el Gobierno se aferran a la última polémica a cuenta del hipotético indulto que un Gobierno del PP concedería a Carles Puigdemont, condicionado a que rindiera cuentas ante la Justicia y renunciara a un referéndum. Moncloa y Ferraz saben que cuanto más ruido hagan con este tema, menos se hablará de los dos frentes que el Ejecutivo tiene abiertos: las negociaciones sobre la amnistía con Junts y la muerte de dos Guardias Civiles en Barbate tras ser investidos por una lancha de narcotraficantes.
El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, cancelaba este lunes su presencia en un desayuno informativo sólo unas horas después de ver como la viuda de uno de los agentes se negaba a que el Gobierno condecorase a su marido fallecido en un acto de servicio.
La ministra portavoz, Pilar Alegría, le sustituía en el acto matutino y se dedicaba a mandar toda "la solidaridad" a los familiares, mientras prometía "contundencia cero" (sic) contra el narcotráfico y que "investigará hasta las últimas consecuencias para que estos asesinatos no queden impunes".
La titular de Educación desoía las preguntas sobre la valoración de lo sucedido en el funeral, tras los abucheos a Marlaska y el mencionado incidente con la viuda. Alegría tampoco quería responder a las críticas de las asociaciones de la Guardia Civil, que piden más medios en el Estrecho o que critican que se desmantelase la unidad contra el narcotráfico. La ministra prefería centrarse en Feijóo para pedirle explicaciones por sus supuestas conversaciones con el entorno de Junts.
Contra Feijóo
"¿Qué más nos está ocultando el PP? ¿Qué pactó el PP con Junts?", preguntaba Pilar Alegría quien acusaba a Génova de "mentir" y señalaba que el principal partido de la oposición sólo tienen "dos principios": "la hipocresía y la mentira". En el mismo acto, la ministra de Sanidad, Mónica García, aseguraba que "en momentos de incertidumbre, el PP sólo nos ofrece una certidumbre : son capaces de mentir y de usar la política sin escrúpulos".
En Ferraz cancelaban su rueda de prensa de los lunes para evitar que cualquier tema se solapase o quitase foco a sus críticas a Feijóo. En su lugar, enviaban un vídeo enlatado de la vicesecretaria general, María Jesús Montero, en el que calificaba de "interinidad" el liderazgo de Feijóo y aseguraba que estaba "nervioso" porque saben "que le pueden hacer lo mismo que a Pablo Casado".
El argumentario oficial de Moncloa y Ferraz es el mismo: exigir "explicaciones sobre el contenido de sus reuniones con Junts y unas disculpas por hacer ruido desde la mentira". También, sembrar dudas sobre hasta dónde han llegado los contactos.
"¿El señor Feijóo ha tenido conversaciones directas con Puigdemont?", preguntaba Montero desde el atril de Ferraz ante una sala vacía de periodistas para ahorrarse preguntas sobre Barbate o las negociaciones, éstas sí que confirmadas, del PSOE con Junts por la amnistía.