Cada día, un titular. Cada portada, una exclusiva. El PSOE se asoma cada mañana a las novedades sobre el Caso Koldo y, cada semana, la dimensión del escándalo va creciendo con diferentes ramificaciones que cercan, en especial, a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, por diferentes contratos que concedieron cuando estaban al frente de los Gobiernos de Baleares y Canarias.
En Ferraz, lejos de achantarse ante las revelaciones, afirman que todo se trata de "salsa rosa judicial", según fuentes próximas a la dirección, y descalifican las novedades en la que se entremezclan sumario, autos judiciales, informes de la UCO o de funcionarios de Hacienda. El PSOE se aferra a un cierre de filas ante las investigaciones y ponen en el punto de mira a los jueces, de manera similar a la que hacen sus socios separatistas cuando sacan la carta de "lawfare".
En Ferraz creen que ya se han depurado responsabilidades con la expulsión del exsecretario de organización y exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y afirman que "ahora ya no" no temen las novedades sobre su causa. Una matización temporal que evidencia que, durante un tiempo, en el seno del partido había miedo a que, como vulgarmente se suele decir, tirase de la manta.
Queda la duda de si Ábalos seguirá acatando la disciplina de voto del PSOE. En un primer momento el exministro, bromeó con que era libre; luego, aseguró que seguiría votando con los socialistas pero, tras su denuncia ante el Comité de Garantías a Santos Cerdán por difundir sus datos privados, algunos socialistas creen que su exnúmero 3 tiene "un cacao mental cojonudo" y mirarán con atención si el jueves acude al pleno en el que se vota la amnistía. Algún diputado incluso espeta que le gustaría encontrárselo "de cara" para preguntarle "por qué ha denunciado" al actual secretario de organización.
Respaldando a Armengol
En lo que hay unanimidad en los cargos del partidos es en creer que Francina Armengol es un "pieza de caza mayor" y disparan contra el PP por promover lo que califican como "cacería". Los socialistas saben que, el primer gran pacto de legislatura con Junts, fue aupar a la expresidenta de Baleares a la silla mayor del hemiciclo, y que si se cae, empezaría a resquebrajarse los acuerdos con Puigdemont.
Nunca en la historia española ha dimitido la tercera autoridad del Estado y Sánchez tampoco quiere forzar una renuncia similar. De ahí que en el PSOE se vuelquen con Armengol con argumentarios elaborados y con la cesión de espacios del partido para defender a la que, en teoría, es una autoridad neutral. Un ejemplo; hace una semana cuando en las instalaciones del grupo parlamentario socialista se hizo una reunión con periodistas, coloquialmente se llaman briefings, para tratar de defenderse y aportar su versión.
Tampoco parece que el PSOE vaya a cambiar los procesos de selección de sus asesores, tras evidenciarse el fulgurante ascenso de Koldo, de un portero de un prostíbulo a mano derecha de un ministro que le mete de consejero en Renfe. "El que es un chorizo, lo es con filtro o sin filtro", sentencian fuentes próximas a la Ejecutiva que sentencian que "los filtros no determinan" responsabilidades.