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El PSOE se aferra a una movilización masiva como último intento para que Sánchez no dimita

Miles de militantes, reunidos en los alrededores de Ferraz, piden a Sánchez que se quede.

Miles de militantes, reunidos en los alrededores de Ferraz, piden a Sánchez que se quede.
Militantes en Ferraz para apoyar a su líder, Pedro Sánchez, en periodo de reflexión | Europa Press

Solo hay tres personas con las que Pedro Sánchez está compartiendo sus confidencias: Begoña Gómez, Ainhoa Sánchez y Carlota Sánchez. El matrimonio y sus dos hijas se han recluido en las dependencias domésticas de la Moncloa. Se trata del edificio más vetusto del complejo, el primigenio palacio, alejado del resto de construcciones y a unos metros del pabellón del Consejo de Ministros.

Sánchez apenas mantiene contacto con el exterior. No habla con la mayoría de sus ministros, ni responde a los ingentes Whatsapps de solidaridad que recibe. Lo que se está cociendo en la Moncloa es un secreto al que asisten atónitos los ministros y los trabajadores. No hay precedentes de una reclusión así.

A varios de sus antecesores, les rondó por la cabeza dimitir pero ninguno estableció un periodo de reflexión, cancelando toda su agenda. Sánchez tenía previstos actos ese mismo miércoles y el jueves, además de dos mítines en Cataluña que se cancelaron a última hora.

Casi todas las familias presidenciales sufrieron en sus carnes el lado oscuro del poder, pero ninguno lo exteriorizó de esta manera. El pesimismo crece en el PSOE ante la situación de Sánchez pero nadie quiere hablar, todavía, de dimisión. Al menos, hasta que no lo verbalice el presidente.

De manera oficial, el Plan A sigue siendo "convencer a Sánchez". La última bala es este Comité Federal. En un principio, iba a ser para nombrar a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, como candidata a los comicios del 9 de Julio pero las elecciones europeas han pasado a un segundo plano.

Un acto de exaltación y miles de militantes

Por primera vez, todo el Comité Federal se está retransmitiendo en abierto. Hasta ahora, se emitía el discurso del secretario general y, si se nombraba un candidato, también los periodistas tenían acceso a su intervención. Esta vez, se está viendo todo. Incluidas las intervenciones de las distintas federaciones.

Y, como se esperaba, se está produciendo una sucesión de discursos panegíricos. Todo para exaltar al líder. En el exterior, miles de militantes llegados en más de 100 autobuses fletados por las diferentes federaciones del PSOE en España, que están siguiendo lo que sucede en la sede gracias a unas enormes pantallas. Un PSOE más cesarista que nunca. Un partido que cierra filas ante un líder que, según los que le conocen, está pasando una de sus peores rachas.

La duda es si Pedro Sánchez estará siguiendo las intervenciones. Si, en su reclusión monclovita, encenderá la TV o el YouTube del PSOE para ver un comité Federal convertido en acto de exaltación. Un Comité Federal, también, con aires de funeral. De loas al que, todavía hoy, es su secretario general.

No es el único acto. También hay decenas de manifiestos. Todas las federaciones tienen el suyo y, además, hay otro con más de 2.500 alcaldes presidentes de diputaciones provinciales y cabildos pertenecientes al PSOE. En el documento piden "no entender la difamación y la mentira como herramienta en el juego político" y que la unidad "es la única forma de proteger nuestra democracia". Como si Sánchez fue el último bastión de la democracia.

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