El Partido Popular fija las elecciones europeas como el primer paso para conseguir acabar con el Gobierno de Pedro Sánchez. Del resultado que arrojen las urnas podría depender el resto de la legislatura, incluido un posible adelanto electoral. Aunque Alberto Núñez Feijóo lleva tiempo concienciando a los suyos de que el Ejecutivo intentará resistir como sea, se contemplan todos los escenarios posibles.
Si el partido logra una victoria clara el próximo 9 de junio, complicará aún más una legislatura que, desde el principio, se preveía muy convulsa. La minoría parlamentaria de Sánchez, constatada esta misma semana en el Congreso, le ha impedido presentar siquiera una propuesta de PGE, aprobar la Ley contra la prostitución o debatir siquiera la del suelo. Los socios, insaciables, elevan el precio de su apoyo por momentos, lo que hace casi inviable seguir en estas condiciones.
El remate final sería un batacazo en las urnas, que el PP sólo contempla por la vía de "concentrar el voto", para contrarrestar la absorción de Sumar que lleva tiempo consumando el PSOE, y que se ha acelerado tras la falsa carta de dimisión escrita por Sánchez. "Os pido movilizarnos y concentrar el voto", dijo ayer Feijóo durante un mitin en Elche, como ha venido repitiendo en prácticamente todos los actos que protagoniza desde hace meses.
El partido lleva semanas rebajando expectativas, para evitar que el electorado se confíe y dar la sorpresa ante un buen resultado. La absorción de Cs les permitiría ganar 7 eurodiputados, los que les situaría en 20, empatados con el PSOE. Aunque los socialistas puedan perder apoyos, el trasvase desde el partido de Yolanda Díaz les permitiría resistir la caída, por lo que superarles no es tan sencillo.
El peligro del voto de castigo
"Si lo que queremos es que Sánchez se vaya pero empezamos a dividir el voto, se queda", advirtió ayer Feijóo, en clara alusión a todos los votantes de derechas, o que no compartan las políticas del Gobierno, que podrían verse tentados de apostar por formaciones nuevas en unos comicios que no ven como trascendentales. De ahí que el líder del PP pidiera a todos los cargos del partido trasladar la idea de que son tan importantes, o más, que unas municipales, porque las políticas europeas influyen directamente en los ciudadanos.
Feijóo advirtió de que el PP "tiene que ser capaz de explicar que las elecciones europeas no son unas elecciones lejanas". "La mayoría de la normativa que se le aplica a un ciudadano no proviene del Ayuntamiento, la CCAA o el Gobierno central, proviene de la Unión, y cada vez será más", dijo después de presentar algunas de las propuestas de su partido para el campo o la economía.
Aunque el partido tiene como eje central de campaña la amnistía, pretende repetir la fórmula utilizada en Cataluña, de conjugar este asunto con los problemas diarios de los españoles, presentando iniciativas que sean aplicables en el día a día, como la rebaja de impuestos a jóvenes, para la adquisición de viviendas o para ser competitivos en el mercado europeo. Incluso han empezado a hablar de la competencia desleal que puede suponer abrir el mercado a países que no aplican la misma normativa europea.
La primera prueba de fuego de la capacidad movilizadora del PP tendrá lugar mañana sábado, en la concentración de la Puerta de Alcalá de Madrid. El partido fletará autobuses desde todos los lugares de España, y movilizará a todos su cargos, para asegurar el éxito de convocatoria y capitalizar el malestar ciudadanos con los "bulos" de Sánchez y la amnistía, que se votará el próximo 30 de junio en el Congreso.