
El tono bronco es habitual en los debates entre el Gobierno y la oposición, pero en el último Pleno del Congreso los ataques más duros también se produjeron entre PP y Vox, precisamente cuando ambos partidos han comenzado a acercar posturas en algunas comunidades para aprobar presupuestos, como ha ocurrido en Valencia, a la que podrían seguir Murcia o Aragón.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca la distancia entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal se ha agrandado, tanto por la política arancelaria de EEUU como por Ucrania. Una brecha que se ha hecho patente esta semana tras los duros reproches que ambos se han lanzado por sus diferentes posturas ideológicas.
El presidente del PP, anticipándose a la crítica habitual de Vox, le lanzaba un mensaje en su intervención inicial: "Señores de Vox, todos somos libres de tener las simpatías internacionales que consideremos oportunas, yo tengo las mías, pero ninguna estará jamás por encima de los intereses de España", dijo Feijóo, en referencia no sólo a Trump, también al húngaro Viktor Orban.
El líder de Vox aprovechó su intervención para arremeter contra Feijóo y el PP Europeo, a los que acusó de "debilitar" la UE con su "nefasta" alianza con el PSOE, en un intento por marcar distancias y obtener rédito político. "Este debate es un fraude, es una estafa, un teatro, un engaño y una mascarada porque hacen como si tuvieran diferencias políticas pero, en todo, también en esto, van a ir de la mano", dijo Abascal después de tachar la amenaza rusa como "inverosímil y ridícula".
Abascal le devolvió la crítica al líder del PP: "Señor Feijóo, usted habla de simpatías y alianzas internacionales, las mías son bien conocidas, las suyas las desconozco, salvo que comparte jefa con el señor Pedro Sánchez", dijo, refiriéndose a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen. En el turno de réplica, Feijóo no eludió la acusación y criticó que "decirme que yo soy un sanchista es reírse no sólo de sus votantes sino de todos los españoles".
¿Una traba insalvable para gobernar juntos?
Un cruce de acusaciones que tiene lugar cuando el presidente de Murcia, Fernando López Miras, y el de Aragón, Jorge Azcón, tienden la mano a Abascal para aprobar los presupuestos autonómicos, criticando las políticas verdes y el reparto de menores inmigrantes. Algo insuficiente para Vox que exige una declaración como la de Carlos Mazón contra el Pacto Verde y la acogida de menores extranjeros. Un trago difícil de digerir ya que ninguno de los dos se encuentra en la misma situación de debilidad que el presidente valenciano.
La relación entre PP y Vox es cada vez más difícil, y deja en el aire la posibilidad de acercar posturas a futuro, en caso de que la derecha pudiera sumar. Incluso si así fuera, el apoyo de Abascal a Feijóo no está asegurado, más aún después de haber salido de los gobiernos autonómicos. Uno de los principales escollos es la alineación de Abascal con Trump, y que haya antepuesto su elección como presidente de Patriots, con el húngaro Viktor Orban, a su liderazgo como tercera fuerza política de España.
