
Ni contigo, ni sin ti. Por primera vez desde que Pedro Sánchez levantó un muro contra el PP al inicio de la legislatura, y a excepción del pacto sobre el CGPJ tras la presión de Europa, el Gobierno parece dar muestras de una desescalada verbal y una actitud sincera de negociación. No sólo en público, también en privado. El problema para Génova es que tiene motivos para desconfiar. No es la primera vez que Moncloa se la juega y acaba pactando con otros grupos algo que revienta las conversaciones.
En esta ocasión, se trata de una disposición adicional segunda que en el Ejecutivo admiten que fue pactada con Junts. La redacción es lo suficientemente ambigua como para poder interpretar lo que dicen los separatistas, que hablan de un 25% de las ayudas a Cataluña en consonancia con el peso de sus exportaciones, pese a que el párrafo no habla de porcentajes, ni de cifras. Tras las primeras declaraciones de Junts, el PP se apresuró a hablar de un "cupo arancelario". Una frase que ahora atrapa a los populares y que en el Ejecutivo creen que fue una "sobreactuación" tras ver la rueda de prensa de Junts.
En el Gobierno admiten que los de Puigdemont lo complican por su premura al vender "su relato interesado". "No quieren que parezca que contribuyen a la gobernabilidad", deslizan fuentes gubernamentales que lamentan que la batalla con ERC se haya enquistado para poder presumir que en Waterloo han sacado concesiones mientras acusan a los de Junqueras de votar a cambio de nada.
Esta guerra entre los separatistas embarra cualquier pista de aterrizaje para el PP pese a que en Moncloa no ocultan que les gustaría tener a Génova en esta votación ya que no descartan que, si la guerra arancelaria va a más, tengan que sacar algún otro Real Decreto con medidas complementarias.
Pese a todo, en el núcleo duro del Gobierno auguran que, al final, el PP votará "a favor o abstención" cuando dentro de un mes se tenga que convalidar este primer Real Decreto. El Ejecutivo cree que los de Feijóo tendrán "muy difícil" rechazar un texto avalado por los agentes sociales. "Sólo votan en contra si piensan que la votación puede fracasar", sentencian y ponen como ejemplo la Agencia de Salud Pública que Génova y Waterloo tumbaron en un giro a última hora que sorprendió al Gobierno.
También creen que Feijóo ha aprendido "del degaste" del decreto ómnibus que, además de la cesión de un palacete al PNV, incluía la revalorización de las pensiones. En esa ocasión, el PP votó en contra a la primera y a favor a la segunda pese a que no se incluyó ningún cambio. Ahora, en el Ejecutivo confían en que Feijóo permitirá la convalidación del texto a la primera.

