El sesgo de los medios, aquí y en Estados Unidos, ya no sorprende a nadie. Pero los extremos a los que llegan algunos con tal de denigrar al candidato que aborrecen resultan hasta ridículos. La última perla de la prensa socialdemócrata ha sido hacernos creer que Mitt Romney, un empresario de éxito, millonario, licenciado en Harvard, no sabe por qué las ventanillas de los aviones no se pueden abrir.
La historia es sencilla: en una cena de recaudación de fondos, Romney se refirió a un incidente que acababa de sufrir su esposa, cuyo avión tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Denver tras llenarse de humo la cabina. El republicano comentó: "Aprecio el hecho de que esté en tierra, segura y en buenas condiciones. No creo que se dé cuenta de lo preocupados que algunos hemos estado. Cuando hay fuego en un avión no hay adónde ir... y no puedes meter dentro oxígeno de fuera del avión porque las ventanillas no se abren. No sé por qué no se abren. Es un problema de verdad. Así que es muy peligroso".
Lo primero que viene a la mente a cualquier persona con dos dedos de frente es que se trata de una broma. Y, sin duda, si el comentario lo hubiese hecho Obama o cualquier político demócrata, la lógica se hubiera impuesto. Pero buena parte de la prensa mundial se ha creído que lo ha dicho en serio. La autora original de la información, la periodista del New York Times Ashley Parker, no sólo ha confirmado que era broma, sino que pese a que "no se indicó explícitamente", estaba "claro por el contexto que no iba en serio".
Muchos diarios se han hecho eco de la historia, en Estados Unidos y en España, después de que Los Angeles Times diera la noticia original. Examinemos la prensa española. Lo han dado casi todos los medios. Alguno, como El País, concede que pudiera ser una broma, aunque dista de darlo por hecho. Los más dan por sentado que lo dijo en serio: El Economista, Antena 3 y Huffington Post, por ejemplo, lo hacen de una forma neutra. Pero la mayoría ha aprovechado para lanzarse a degüello del candidato republicano.
Mal está que lo hagan columnistas como Rafael Martínez Simancas, que además de citar mal la anécdota llama "zoquete" a Romney. Peor parece que lo hagan en la misma información, en muchas ocasiones sin firmar. Así, el Diario Crítico de Jáuregui afirma que Romney "sigue haciendo el ridículo" y concluye que "este señor que pretende abrir las ventanillas de los aviones quiere llevar las manijas del país más importante del mundo. Vamos mejorando..." en una pieza que desde su portada lleva el antetítulo de "Im-presentable". La Vanguardia lo califica de "declaración por lo menos fantasiosa" y afirma que "unas dudas empiezan a asomarse, nunca mejor dicho" sobre las posibilidades de ser elegido tras la falsa metedura de pata.
Pero quizá la palma se la lleva la pieza de Pablo Pardo en El Mundo. Además de darle lecciones de física recién aprendidas al candidato republicano con tono de evidente burla, afirma que Romney ni siquiera se ha molestado en hacer una búsqueda en internet antes de hacer estas declaraciones, para concluir que no existen indicios de que quiera matar a su mujer ni de que los asistentes a la cena hayan pedido "que les devuelva el dinero porque, con semejantes reflexiones, mejor gastarse esa cantidad en copas". No obstante, una vez avisado del error, ha publicado una rectificación... de la que no advierte en el artículo original.
No busquen, por cierto, en la cobertura de las elecciones de 2008 de Pardo una pieza de tono similar comentando el error de Obama al afirmar que se había recorrido los "57 estados" de su país durante la campaña. ¿Hay sesgo en los medios españoles? La pregunta se responde sola.