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De heroína a apestada: retiran el 'Honoris Causa' a Ayaan Hirsi Ali por criticar el islamismo

Hirsi Ali escribió el documental dirigido por Van Gogh sobre el papel de la mujer en el islam. Ahora, un centro de EEUU ha cedido a las presiones.

Hirsi Ali escribió el documental dirigido por Van Gogh sobre el papel de la mujer en el islam. Ahora, un centro de EEUU ha cedido a las presiones.
Ayaan Hirsi Ali | Cordon

La libertad tiene un precio. Para algunos demasiado alto. Que se lo digan a Ayaan Hirsi Ali. Su historia dio la vuelta al mundo tras denunciar el trato del islam a las mujeres y las consecuencias que le trajo esta osadía de retratar al islamismo.

Huyó de una Somalía en guerra en 1992 y llegó de rebote a Holanda huyendo de un matrimonio concertado por su familia. En este país llegó a ser parlamentaria y fue la imagen de la mujer de origen musulmán que se rebelaba contra el islam y el papel que la mujer desempeña en él. Esta postura la dejó en un lugar muy complicado pero nunca pudo imaginar cómo le cambiaría la vida tras el cortometraje que escribió para el director Theo Van Gogh titulado Sumisión. En él se contaban las historias de cinco mujeres musulmanas víctimas de abusos y maltratos en nombre de Alá.

Los integristas islámicos de Holanda y de todo el mundo clamaron contra él y dos meses más tarde un terrorista mató de manera brutal al director en pleno día en Ámsterdam. Cuatro disparos antes de degollarle y clavarle un cuchillo en el que había una carta con una fatwa dirigida a Ayaan Hirsi Ali en la que se la condenaba a muerte. Desde ese momento, su vida cambió para siempre.

Hubo voces que salieron en su defensa por su lucha por la libertad mientras que, por el otro lado, los islamistas no olvidaban el documental. Tuvo que vivir escoltada y escondida para mantener su seguridad. Los homenajes se alternaban con los intentos de asesinato.

Sin embargo, en 2006 el precio a pagar volvió a ser muy alto después de que el Ministerio de Inmigración holandés intentó revocarle la nacionalidad aduciendo errores formulados en su petición de ciudadanía de 1997. A su vez, un juez avalaba las denuncias de los vecinos que pedían su desahucio por las molestias que les generaban las medidas de seguridad, por lo que debía abandonar la vivienda que le había preparado el Gobierno. Ante esta doble tesitura decidió irse a vivir a EEUU.

Una vez más su lucha por la libertad le ha generado un nuevo disgusto. Este 2014 la Brandeis University de Boston le había concedido el doctorado Honoris Causa días antes de que se cumpliera el primer aniversario del atentado durante la maratón de esta ciudad estadounidense.

Pero finalmente el centro educativo se ha echado para atrás debido a las presiones llevadas a cabo por varios profesores y estudiantes de esta universidad, que se mostraron indignados por la "islamofobia" de la activista somalí y holandesa. Por ello, la universidad decidió no concederle este titulo. De nuevo, la libertad sufría un nuevo rejonazo y ella uno más procedente del mundo occidental que tanto ha defendido frente al islamismo y que le ha hecho vivir escondida durante años.

El portal Religión en Libertad recoge el discurso que Ayaan tenía previsto dirigir a los alumnos y profesores de esta universidad durante el galardón. Un discurso basado en la defensa de la libertad pero que ha dejado en evidencia a muchos.

"Nosotros, occidentales, debemos ofrecer la dosis justa de ayuda (…) debemos volver a nuestras raíces convirtiéndonos de nuevo en el faro del pensamiento libre y de la libertad del siglo XXI. Ante una injusticia tenemos que reaccionar, no sólo condenándola, sino con acciones concretas", escribía en su discurso.

La relación entre el islam y la violencia

En este sentido, añadía que "uno de los mejores lugares para hacerlo es en nuestras instituciones de enseñanza superior. Debemos hacer que nuestras universidades sean templos no de la ortodoxia dogmática, sino del verdadero pensamiento crítico, donde todas las ideas sean bienvenidas y donde se impulse el debate civil. Estoy acostumbrada a que me piten en las universidades, por lo que estoy muy agradecida de poder hablar aquí hoy".

Igualmente, Ayaan tenía previsto decir ante el auditorio que "estoy ante vosotros como alguien que está combatiendo por los derechos de las mujeres y de las chicas de todo el mundo. Y estoy ante vosotros como alguien que no tiene miedo de plantear preguntas incómodas sobre el papel de la religión en esta batalla. La vinculación entre violencia, sobre todo la violencia contra las mujeres, y el islam es demasiado clara para ser ignorada. No ayudamos a los estudiantes, las universidades, los ateos y los creyentes cuando cerramos los ojos ante esta vinculación, cuando buscamos excusas en lugar de reflexionar".

"Por esto pregunto: el concepto de guerra santa, ¿es compatible con nuestro ideal de tolerancia religiosa? ¿Es blasfemia, castigada con la muerte, poner en discusión la aplicación en nuestra era de ciertas doctrinas que se remontan al siglo VII? Tanto el cristianismo como el judaísmo han tenido sus reformas. Ha llegado el tiempo también para una reforma del islam", reflexionaba en su escrito.

Para concluir, Ayaan Hirsi Ali se preguntaba: "¿Son inadmisibles estas argumentaciones? Ciertamente deberían ser admisible para una universidad que ha sido fundada después del escándalo del Holocausto en un tiempo en el que muchas universidades estadounidenses aún imponían restricciones a los estudiantes judíos. El lema de Brandeis University es: 'la verdad, también la más inaccesible'. Es también mi lema". Aunque, finalmente, ni ha podido defenderlo ni el centro ha hecho gala del mismo.

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