Los suizos rechazaron ayer en referéndum la propuesta del partido Verde para anular el endurecimiento de las condiciones sobre el derecho de asilo. Los resultados han sido inapelables. Sobre cerca de dos millones de votantes el "sí" consiguió más de un millón y medio de adhesiones, mientras que el "no" no reunió siquiera a 500 000 personas. Cerca del 80% de los suizos han apoyado el endurecimiento de la ley que contaba con el apoyo de todos los grandes partidos.
Todos los cantones han respaldado la decisión, con un apoyo que oscila entre un 86,8% en el pequeño cantón de Appenzell Rodas Interiores y el 61,3% que le ha prestado el cantón de Ginebra.
La Röstigraben (barrera psicológica entre la comunidad germanófona y la francófona) ha sido menos marcada que en otras elecciones. Sin embargo el apoyo ha sido bastante menor en la zona francófona.
Una reforma más
Este cambio en la ley del asilo es el séptimo desde 1981 y se ha ido endureciendo de manera gradual. Esta revisión no será la última porque ya se está preparando la siguiente que entraría en vigor a partir de 2015.
Esta reforma busca dotar de mayor rapidez al procedimiento disminuyendo de manera sustancial el tiempo de espera y retirando las ayudas a los solicitantes. Por otro lado los desertores o rebeldes civiles ya no podrán solicitar asilo en el país helvético y el tiempo de recurso pasará de 30 a 10 días lo que impondrá una mayor celeridad a los demandantes.
Posiblemente, el cambio más importante aportado por esta nueva ley es la imposibilidad de solicitar la demanda de asilo en las embajadas suizas. Esto pone fin a una excepción suiza. El país alpino era el único en Europa en el que se podía seguir presentando esta demanda.
Finalmente se permite al Gobierno federal poner en marcha, en caso de urgencia, nuevas medidas sin cambiar la ley.
La modificación legislativa que dificulta la entrada en Suiza a nuevos refugiados cuenta con la oposición del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados , que considera que se ha puesto demasiado el acento en los aspectos negativos y no se ha insistido en el deber de solidaridad.
La medida pondrá fin a las posibles solicitudes de asilo en Suiza desde países extranjeros y se impondrá a los demandantes un comportamiento ejemplar y una mejor fundamentación de la razón que lleva al asilo.
No se cambia el poder ejecutivo
Los electores han considerado preferible que el Consejo Federal, órgano máximo de gobierno, siga siendo elegido por el parlamento. No han querido reformar este peculiar sistema colegial, en el que siete miembros rigen el destino del país. Entre los miembros del Consejo se elige, por un año, al presidente de la Confederación.
El no ha obtenido el respaldo de todos los cantones del país y de más del 75% de los electores.
En este caso es la Suiza francófona la que ha rechazado más frontalmente la medida.
Presentada por la UDC, partido de derecha populista, buscaba democratizar la elección del poder ejecutivo y obtener de esta manera más representantes en el Consejo Federal. La UDC ha considerado que esta decisión no pone fin al "déficit democrático" que acarrea la Confederación.
La nota negativa de esta nueva jornada de democracia directa, es la escasísima participación. En efecto, sólo votó el 39% de la población lo que pone en entredicho el apoyo de los suizos a su sistema.