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La UE, ante Rusia: ¿golpe en la mesa o diálogo?

Rajoy llegó al Consejo Europeo con una propuesta concreta para reducir la dependencia energética. No hizo declaraciones a su llegada.

Rajoy llegó al Consejo Europeo con una propuesta concreta para reducir la dependencia energética. No hizo declaraciones a su llegada.
Rajoy y Merkel, en la reunión de Bruselas | Archivo

Tras semanas lanzando mensajes ignorados, cuando no abiertamente despreciados, por Vladimir Putin, la UE busca responder al desafío de su potencia vecina –"inaceptable", corearon los líderes al llegar a la cita europea- con un mensaje que logre el delicado equilibrio entre dar un golpe en la mesa y castigar a Rusia por su anexión de Crimea y evitar romper el diálogo con un socio con que se saben "condenados a entenderse".

"Será un debate muy emocional", vaticinaba un diplomático conocedor de una situación en la que los países de la antigua Unión Soviética sienten que se juegan mucho y en el que, por otra parte, un paso excesivamente agresivo –lo que en la jerga diplomática denominan "fase 3", es decir, aplicar sanciones económicas y comerciales- podría costarle muy caro a una Unión Europea muy dependiente de Moscú en términos energéticos.

De hecho, según el borrador de conclusiones, los líderes harán hincapié precisamente en la necesidad de reducir la dependencia energética de Rusia, que aporta un tercio del gas que se consume en la Unión. Así, los Veintiocho apostarán por mejorar la eficiencia energética, diversificar el abastecimiento, y mejorar las interconexiones, como ha venido reclamando España.

La propuesta de Rajoy

Mariano Rajoy llegó al Consejo Europeo con una propuesta concreta, que le avanzó por carta a Herman Van Rompuy el pasado día once. El plan del Ejecutivo, que espera sea acogido con satisfacción por sus socios, es impulsar la conexión de gas entre África del Norte y Europa a través del Midcat (interconexión de los sistemas de España y Francia). Así, se reduciría la dependencia con respecto a Rusia y las arcas nacionales se verían beneficiadas, aunque no se ofrece una cuantía concreta.

Las negociaciones entre Madrid y París han ido a más en este sentido. Según dijo el propio Rajoy en sesión plenaria, defenderá en Bruselas que el Midcat "se convierta en un verdadero objetivo vinculante de la política energética y se pongan los medios para que ningún Estado miembro tenga una interconexión inferior al 10 % de su potencia instalada". "Espero que esto tenga una buena acogida y que los vecinos franceses también lo entiendan así. Si queremos construir un mercado único interior, demos un paso decisivo", sentenció.

El Gobierno asegura que el existe una gran capacidad de almacenamiento y una potente red de transportes. "En suma, tenemos una elevada capacidad excedentaria de gas de la que se podrían beneficiar Hungría y otros muchos países de la UE", en palabras de Rajoy, que a su llegada al Consejo y a diferencia de sus homólogos declinó hacer declaraciones.

La respuesta contra Rusia

"También Alemania, Reino Unido o Suecia llegan queriendo apretar las tuercas a Putin", aseguran en diversas delegaciones en la misma semana en que los ministros de Exteriores redactaron una lista de 21 autoridades rusas o prorrusas de Crimea para señalarles como culpables del deterioro de la situación, congelarles los bienes y restringirles la capacidad de movimientos , una medida que vino acompañada de un lenguaje inequívoco sobre la ilegitimidad de la anexión de Crimea, una "burla a la democracia" en palabras del ministro británico.

Pese a que los Gobiernos parten de un desacuerdo en torno a lo principal –el tono y, sobre todo, en qué medidas materializar las represalias a Moscú-, aprobarán finalmente aumentar el número de autoridades rusas incluidas en la lista negra europea y el boicot a la cumbre UE-Rusia prevista para junio, tal y como confirmó el primer ministro François Hollande al llegar a Bruselas. Además, el viernes escenificarán el apoyo a Ucrania firmando un acuerdo de asociación con su primer ministro, algo que, en palabras de la canciller Angela Merkel, debería mostrar "el apoyo de la UE al desarrollo" del país.

Mientras que la canciller Angela Merkel, cansada de pedirle diálogo a Vladimir Putin, ha ido subiendo el tono en los últimos días, existe también un grupo de países que, temerarios de que el castigo a Moscú acabe, en realidad, castigando la economía europea y cortando las alas, ya de por sí cortas, de la incipiente recuperación, no logran disimular lo poco partidarios que son de romper el invocado diálogo con un socio que, como repite el ministro español José Manuel Margallo, "están condenados a entenderse". La delegación española insistió en este sentido ya con el Consejo Europeo en marcha, distanciándose de Berlín.

En todo caso, a diferencia de otras ocasiones, los líderes evitarán escenificar abiertamente desacuerdo. "Tenemos que hablar con una sola voz", reiteraron varios dirigentes europeos. "Una Europa fuerte es lo último que quiere Putin", remachó el primer ministro sueco. Esto es, habrá un papel suscrito con todos y en él no se cerrará en ningún caso la puerta al diálogo.

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