Los investigadores que han analizado el derribo del vuelo MH17 en el este de Ucrania han identificado el misil lanzado contra el avión de Malaysia Airlines como un proyectil de las Fuerzas Armadas rusas, en un nuevo capítulo que cuestiona la responsabilidad de Moscú en este incidente, del que desde Moscú siempre se ha culpabilizado al Gobierno de Ucrania.
La aeronave, con 298 personas a bordo –en su mayoría holandesas–, fue alcanzada el 17 de julio de 2014 cuando sobrevolaba la zona en conflicto del este de Ucrania, dominada por los rebeldes prorrusos. La Junta de Seguridad holandesa ya concluyó en octubre de 2015 que el Boeing 777 sufrió el impacto de un misil Buk de fabricación rusa.
Ahora, el Equipo de Investigación Conjunta, del que forman parte autoridades holandesas, australianas, belgas, malasias y ucranianas ha confirmado que el misil corresponde a Rusia. "Todos los vehículos en el convoy que llevaba el misil eran parte de las Fuerzas Armadas rusas", ha explicado ante los medios un responsable de la Policía de Países Bajos, Wilbert Paulissen.
Los expertos han identificado dicho convoy como parte de la Brigada Antiaérea número 53 de Rusia, si bien Moscú siempre ha negado cualquier responsabilidad en el derribo e incluso ha desmentido que facilitase equipos y armas a los rebeldes separatistas contrarios al Gobierno central de Ucrania.
Los investigadores han apelado a la colaboración ciudadana para poder recabar toda la información posible un suceso sobre el que sigue sin haber responsables claros cuatro años después. La Fiscalía holandesa informó en septiembre de 2016 de que tenía una lista con unas cien personas sospechosas.
La lista se ha reducido ahora a varias decenas. "Tenemos muchas pruebas y muchas evidencias, pero no hemos terminado", ha señalado el fiscal Fred Westerbeke, en cuya opinión "aún queda mucho trabajo que hacer" antes de cerrar el caso y presentarlo ante un tribunal.
Así, de momento no se han revelado los pliegos de cargos contra los sospechosos ni tampoco se han hecho públicos sus nombres. Westerbeke ha admitido que todavía se investiga si en el derribo estuvieron implicados de forma activa miembros de la brigada rusa identificada en las últimas conclusiones.
Los acusados, en cualquier caso, previsiblemente no se sentarán en el banquillo ya que Rusia utilizaría su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para vetar cualquier resolución encaminada a crear un tribunal internacional ex profeso para el caso. La posibilidad más viable pasa por que sean juzgados in absentia en Países Bajos.