La situación en Perú se torna cada vez más violenta. Las revueltas registradas en el país tras el autogolpe promovido por su expresidente, Pedro Castillo, al que sucedió la actual presidenta Dina Boluarte, están llevando al país a una situación de colapso. Por ello, Santiago Abascal y otros 117 parlamentarios internacionales han remitido una carta promovida por Foro Madrid al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro.
En la misiva denunciando su honda "preocupación" por el "proceso de desestabilización que vive Perú" y que, según entienden, está siendo "promovido desde el exterior". "Es evidente el papel protagónico del controversial boliviano Evo Morales en las protestas vandálicas que se realizan desde el sureste del país hacia Lima, con el objetivo de derrocar al gobierno constitucional de Dina Boluarte", recoge el texto.
Además del líder de Vox, firman también la carta el eurodiputado Hermann Tertsch y la líder del partido en Madrid, Rocío Monasterio. También hay otros nombres destacados de distintos países como los argentinos Javier Milei y Victoria Villaruel, los colombianos Miguel Uribe y María Fernanda Cabal o Carlo Fidanza de Italia.
La carta advierte a Almagro del "grave comportamiento de gobiernos pretendidamente democráticos -como los de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Honduras y México- que apoyan implícitamente esta desestabilización, al afirmar falsamente que Pedro Castillo fue víctima de un "golpe de Estado", cuando es público y notorio que el ahora expresidente quiso disolver el Congreso para perpetuarse en el poder".
En este sentido, recuerdan la condena internacional que se ha producido con otras protestas que se han llevado a cabo contra gobiernos de izquierdas, como en Brasil. "Resulta inaceptable que, para algunos gobiernos adscritos a la OEA, ciertas protestas sean "malas", cuando afectan a sus aliados (caso Brasil); y otras sean "buenas", porque sirven para derrocar a sus adversarios ideológicos (caso Perú). Esta doble moral constituye una grave amenaza a nuestros sistemas democráticos y un riesgo para la paz y la estabilidad de nuestro continente", señalan.
Por ello piden a la OEA que "condene y repruebe" lo ocurrido "antes de que logren sus nefastos objetivos". Entre los firmantes hay diputados y senadores también procedentes de Honduras, El Salvador y la propia Perú.