En una reunión con altos mandos del ejército cuyo in era analizar "el entorno de seguridad" en la zona, Kim Jong-un ha asegurado que la península de Corea está "cada vez más cerca de un conflicto armado" entre los dos países que la forman.
Además, ha amenazado a su vecino del sur: "Si el enemigo opta por la confrontación militar y la provocación contra la República Popular Democrática de Corea, nuestro ejército deberá asestarle un golpe mortal para aniquilarlo por completo".
El dictador de Corea del Norte también hizo referencia a Estados Unidos que, junto con "otras fuerzas hostiles" estarían incrementando la tensión en la zona. Según Kim Jong Un tanto desde Washington como desde la vecina Corea del Sur se está tratando de frenar la "revolución" norcoreana.
La palabras del tirano comunista llegan tan sólo un día después de que asegurase que no hay ninguna posibilidad de reconciliación con Corea del Sur. Además anunció también que durante 2024 lanzará tres nuevos satélites militares, después de que el pasado 21 noviembre lograse poner en órbita el primero tras dos fracasos previos.
Corea del Norte participó en 2019 en unas negociaciones de paz auspiciadas por el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, pero después de que estas naufragasen aprobó un plan de modernización armamentística y ha rechazado nuevas rondas de diálogo. Al mismo tiempo, ha tratado de profundizar sus relaciones tanto con Rusia como con China.
Por su parte, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos han reforzado su cooperación militar, han extendido algunos recursos estratégicos en terreno surcoreano y han realizado numerosas maniobras conjuntas de cara a crear un mecanismo de disuasión para evitar un eventual ataque del régimen comunista de Corea del Norte.