Según los datos del comité central electoral, con más 3,9 millones de los votos escrutados, el Likud, del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, obtendría un 26,47% por ciento de las papeletas, frente a un 26,11% por ciento de Azul y Blanco, la coalición liderada por el exjefe del ejército Beni Gantz.
Ambos obtendrían 35 escaños, lo que significa un éxito notable para ambos políticos: para Gatz porque es un buen resultado para su primera confrontación electoral y para Netanyahu, porque además de que le permitirá seguir en el poder y es el mejor resultado de su partido desde que Ariel Sharon obtuviese 38 diputados en 2003.
Tras las dos listas principales están dos formaciones religiosas: el partido sefardí Shas y Judaísmo Unido de la Torá (UTJ), que tienen cada uno ocho escaños. Además, en la mayoría de Netanyahu estarán probablemente Yisrael Beiteinu, liderado por el exministro Avigdor Lieberman e ideológicamente a la derecha del Likud, que ha logrado cinco escaños, los mismos que Derecha Unida y uno más que los centristas de Kulanu, que también podría forma parte del bloque en apoyo de Netanyahu, que con ello podría sumar 65 diputados del total de 120 que tiene la Knéset, el parlamento israelí.
Por el otro lado, además de Azul y Blanco el bloque de izquierdas estarían el Partido Laborista que se sitúa en uno de los momentos más bajos de su historia con sólo seis diputados, los mismos que la alianza izquierdista Hadash - Ta'al; y por último Meretz y la coalición árabe, con cuatro escaños casa uno. En total, 55 asientos en el parlamento que resultan insuficientes para sacar del poder a Netanyahu.
Fuera de la Knesset se quedan partidos como Nueva Derecha, Gesher y Zehut que no han logrado superar el umbral para tener representación parlamentaria, que es de un 3,25% del total del voto.
"¡Estoy muy entusiasmado!"
Tras conocer el avance de los primeros resultados, pasadas las dos de la mañana local, Netanyahu se dirigió a los cerca de 300 simpatizantes que se acercaron a ofrecer su apoyo a medida que pasaba la noche. "Estoy muy entusiasmado por nuestra tremenda victoria", comenzó, tras agradecer una y otra vez a los asistentes, a los miembros de su partido y a su esposa, Sara, a quien besó antes y después del discurso, y quien no se separó de él durante el mismo.
"Siento una emoción muy grande por el apoyo de la gente de Israel, que confió en mí y esta vez más que nunca", agregó Netanyahu, con un tono que indicaba agradecimiento por los buenos números que parece conseguir, según los últimos resultados del escrutinio.
El punto culmen del discurso fue cuando exclamó con seguridad que el bloque de derechas, liderado por el Likud, dirigirá el gobierno de los próximos cuatro años. "Esta noche ya comencé a conversar con los líderes de los partidos de derecha, nuestros aliados, y casi todos ya han expresado públicamente que me recomendarán para formar gobierno", dijo, al anunciar que se propone conformar la coalición lo antes posible para construir un gobierno "fuerte y de derechas".