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'Lego Star Wars III: The Clone Wars': más de lo mismo

Star Wars es, según la propia Activision, la franquicia Lego de más éxito y la adaptación a los videojuegos más vendida de la saga galáctica.

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No es extraño, pues, una nueva entrega tras las adaptaciones de la trilogía clásica y la contemporánea. En este caso son las Guerras Clon nuestro escenario de batalla que, por cierto, es más ambicioso que nunca pero con la base jugable de siempre.

Lo mejor:

  • De nuevo, el modo cooperativo, que además mejora gracias a la pantalla partida.
  • La simpatía que transmiten los personajes y las secuencias. Humor blanco para todos.
  • La mayor libertad para usar vehículos en algunos escenarios.

Lo peor:

  • El desarrollo apenas ha cambiado con respecto a la primera entrega de 2005.
  • No supone un reto y es muy sencillo, lo que terminará aburriendo a los hardcore gamers.

Es complicado no haber jugado nunca a un videojuego Lego. Traveller's Tales colaboró con Lucasarts en 2005 para estrenar una franquicia basada en la trilogía moderna de Star Wars pero con la estética propia de los juguetes de construcción. Fue un éxito que se tradujo en una secuela, millones de copias vendidas y varios premios como el Bafta a la mejor jugabilidad.

El éxito de los juegos Lego fue más allá de la saga galáctica y ya hemos visto entregas protagonizadas por Batman, Harry Potter e Indiana Jones (dos, en este último caso). En todos y cada uno de los títulos se trata del mismo concepto: aventuras en tercera persona de plataformas, puzles y acción –disparos, combates y conducción de vehículos–. Todo con un control muy sencillo y con la posibilidad de jugar en cooperativo junto a un amigo. Este juego no es una excepción.

La tercera entrega de Lego Star Wars arranca donde termina Episodio 2 y a lo largo de sus niveles narra los enfrentamientos de los jedis y el ejército clon contra los sith y los separatistas. De esta forma, la primera fase nos transporta al Coliseo Petranaki de Geonosis, donde Anakin Skywalker, Obi Wan y Amidala protagonizan nada más y nada menos que el inicio de las Guerras Clon.

El hilo argumental y las misiones se dividen en ramas según sigamos a uno u otro enemigo final, lo que nos permite afrontar los niveles con cierta libertad. La historia, por su parte, está narrada una vez más mediante secuencias mudas cargadas de humor.

El problema es que en anteriores entregas de juegos Lego estas secuencias contaban historias de sobra conocidas y se bastaban para llevar el argumento. De esta forma, quien no haya visto la serie en la que se basa el juego, que seguramente sean más que aquellos que no vieron las películas de Star Wars, no entenderá en ocasiones por qué pasan las cosas. Son suficientes, en cualquier caso, para conducir la acción y entretener al jugador.

El inicio de la guerra

El nivel de toma de contacto en Geonosis nos sirve no solo para familiarizarnos con los controles sino para apreciar una de las novedades principales del juego: el tamaño. En Lego Star Wars III los escenarios y la profundidad de campo son mucho mayores que en sus predecesores y, además, hay muchos más personajes en pantalla.

Los controles son tremendamente sencillos y solo tenemos que memorizar un botón de ataque, otro de acción, uno para salto y un último para cambiar de personaje. A lo largo del título controlamos a cientos de personajes diferentes con distintas habilidades, armas y gadgets. Combinarlos es clave para avanzar en el juego. Por ejemplo, los jedis pelean con sables y usan la fuerza, los soldados tienen armas y garfios y personajes como Jar Jar Binks saltan más alto.

Como en ocasiones anteriores, también podemos utilizar transportes, naves o vehículos de tierra, en casi todos los niveles –si bien la mayoría del juego transcurre a pie–. Podemos subir y bajar de ellos en mitad de la misión y los escenarios por los que los conducimos son más grandes e interactivos de lo que nos suele tener acostumbrados esta saga. Por ejemplo, pilotamos cazas y nos movemos entre grandes cruceros por el espacio, aunque con libertad limitada y la clásica cámara lateral.

Lego Star Wars III: The Clone Wars, como las anteriores entregas, es un juego sencillo. Muy sencillo. Es también un título entretenido y ameno pero el aprendizaje y el uso de las limitadas habilidades no varía demasiado a lo largo de todo lo que dura –unas ocho horas–. Tampoco podemos morir –tenemos cuatro corazones y, al agotarse, el muñeco se rompe pero al instante vuelve a aparecer en el mismo lugar–.

De esta forma, un jugador experimentado y maduro seguramente se canse pronto tras un rato a los mandos del juego. Los fans acérrimos de Star Wars serán los que se animen a seguir adelante para descubrir y disfrutar de la recreación de los 16 sistemas a lo largo de las 20 misiones principales del juego. O los enamorados de las aventuras Lego, que los hay.

También es un juego ideal para los más pequeños de la casa gracias a su simpatía y sencillez. Además, su modo a dobles en la misma consola lo hace perfecto para que jueguen con amigos, con hermanos o, mejor aún, con sus padres. Este modo, por cierto, ha sido modificado con un sistema de pantalla partida. Todo un acierto; ahora los personajes ya no deben caminar juntos 'sí o sí', sino que pueden moverse con cierta libertad y la cámara, dividida en dos, les seguirá de forma independiente.

Apartado técnico

La tercera entrega de Lego Star Wars juega en una liga muy parecida a la del resto de entregas de la saga. Son coloristas, variados, divertidos y funcionales. Su carisma es único, gracias a una combinación de escenarios reales con objetos y personajes construidos mediante piezas Lego.

Este concepto, precisamente, es el que hace que los personajes sean extremadamente sencillos, pues parecen totalmente piezas de plástico. Eso sí, en ningún otro juego Lego habían aparecido en mayor número. Los escenarios, por su colorido e iluminación, destacan sobre la media del propio título pero no de lo que hemos visto en esta generación de consolas.

El apartado sonoro brilla intensamente gracias a la banda sonora oficial de Star Wars, que ambienta a la perfección y emociona al jugador. Voces no hay, como siempre, y de ningún modo las necesita.

Conclusión

Poco nuevo bajo el sol. Lego Star Wars III: The Clone Wars profundiza un poco más en un concepto de juego que ya ha sido explotado en siete entregas, contando la que nos ocupa. El modo cooperativo, las dimensiones de los niveles y el uso de vehículos han sido potenciados pero en esencia la experiencia es la misma. Amena, divertida y sencilla.

Sabemos que TT quiere ceñirse a la esencia de la saga, que sigue funcionando comercialmente, pero no estarían mal cambios como una mayor complejidad en los controles, evolución de los personajes o incluso en el diseño de los niveles. Quizá un spin-off de la franquicia Lego para un público más hardcore sería una buena opción.

Notas
Gráficos Los escenarios son coloridos y rezuman estilo manga por los cuatro costados, pero son bastante simplones. 8
Sonido Las partituras galácticas siguen haciendo de las suyas y redondean la ambientación. Nada de voces; ni falta que hacen. 8
Diversión Su gran problema es que no supone un reto para el jugador. Pero es un viaje entretenido y ameno perfecto para los pequeños. 7
Total Un juego perfecto para que un padre se siente a jugar junto a su hijo. Técnicamente sólido, entretenido y sencillo. 7,5

Desarrollado por Traveller's Tales, editado por Lucasarts y distribuido por Activision, Lego Star Wars III: The Clone Wars ya está disponible para todas las consolas (Versión analizada: Xbox 360) con un PEGI para mayores de 3 años.

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