'Torchlight': un título decente para quienes disfrutaron con 'Diablo'

Lo mejor

• El desarrollo es bastante entretenido y variado. Apenas cae en la monotonía.
• La gran cantidad de objetos y misiones le añaden mucha vida y rejugabilidad.

Lo peor

• La falta de opciones multijugador.
• Las ralentizaciones cuando hay muchos enemigos en pantalla.

Torchlight parte de muchas de las claves que hicieron popular a Diablo en su día. Nos encontramos ante una inteligente mezcla de elementos roleros con un formato amado y odiado a partes iguales: la exploración de mazmorras o dungeon crawling. Pasillos plagados de tesoros y enemigos esperando a probar el sabor de nuestro acero y el poder de nuestra magia.

Los parecidos conceptuales con Diablo no son casualidad. Al fin y al cabo detrás del equipo desarrollador de Torchlight se encuentran mucho de los culpables de la franquicia de Blizzard por lo cual no es de extrañar las similitudes ni tampoco la calidad que el juego atesora.

La historia nos sitúa en el pueblo de Torchlight, una pequeña aldea en la que debajo se esconde una gran mina de Ember, un material mágico muy codiciado. Nuestro objetivo principal es parar a un hechicero que se ha vuelto loco y descubrir los secretos que habitan en los diferentes pisos de este singular pueblo.

Nuestra primera elección antes de comenzar a jugar es elegir la profesión de nuestro personaje. Podemos elegir entre encontrar un equilibrio entre fuerza y magia o bien optar por volcarnos por una de las dos. Cada uno de los tres con un estilo diferente de juego pero igual de efectivos.

El desarrollo, como buen dungeon crawling que se precie, se estructura a partir de diferentes niveles que tenemos que ir recorriendo. Según avanzamos, y descendemos, las amenazas son más peligrosas pero también la recompensa es mayor.

Para darle un toque variado, y bastante singular dicho sea, el diseño de los niveles va variando cada equis pisos. A saber: minas, templos en la selva, niveles de lava... Aunque son un poco arquetípicos cumplen a la perfección aportando variedad al desarrollo del juego.

Al final, independientemente de nuestra profesión el desarrollo de las partidas es bastante entretenido y no acaba cayendo en la monotonía. Quizá ayuda el hecho de que está planteado como un juego con cierta rapidez, pero sin llegar al ritmo frenético de los hack and slash. Por lo que muchas veces no es tanto cambiar de estrategia si no entrar a saco a acabar con todos los monstruos.

Paralelo a la historia principal tenemos un montón de misiones secundarias que nos van proponiendo los diferentes habitantes de Torchlight. Si nos gusta completar los juegos al cien por cien más nos vale estar muy atentos a éstas porque algunas desaparecen una vez hemos superado un determinado nivel en la mazmorra.

Para eliminar a las criaturas que habitan el subsuelo de Torchlight contamos con un gran arsenal de armas de todo tipo. Además éstas, y otros objetos equipables, se convierten rápido en nuestro principal motor económico a través de la venta posterior a los comerciantes del pueblo.

Según subimos de nivel vamos obteniendo diferentes puntos para invertirlos en el árbol de habilidades. Cada profesión cuenta con el suyo propio y estos a su vez con tres ramas diferentes. Por lo que las posibilidades de personalizar a nuestro personaje son bastante amplias.

En nuestro descenso por las diferentes plantas nunca vamos solos. Desde el primer momento nos acompaña una mascota la cual podemos modificar su apariencia y sus habilidades a través de diferentes objetos. Su papel, sin ser fundamental, es bastante útil: combate con nosotros, nos apoya y además nos permite vender los objetos en el pueblo sin necesidad de abandonar la mazmorra.

Uno de los aspectos más cuidados en Torchlight es la curva de dificultad. A través de diferentes niveles podemos graduarla para encontrar una experiencia adecuada a nuestros gustos y habilidad. Tanto si somos principiantes en el género como jugadores consumados: incluye un modo especial donde si morimos se acaba todo.

Aunque la experiencia del juego es bastante completa se echa mucho de menos la existencia de un modo multijugador. Sin duda alguna es divertido recorrer pasillos repartiendo mamporros a diestro y siniestro pero sería mucho más entretenido si ofreciera la posibilidad de jugar al menos a dobles.

Apartado técnico

Visualmente Torchlight ha apostado por unos gráficos bastante coloridos y con una estética algo caricaturesca en el diseño de los personajes. Los mapas están diseñados con mucho gusto y bastante detalle. A veces merece la pena acercar la cámara para olvidarnos de la acción y ver cada matiz del lugar que nos rodea.

Sin embargo el motor gráfico tiene un talón de Aquiles: las ralentizaciones. Cuando hay muchos personajes en pantalla el juego hay bastantes probabilidades de que se produzcan tirones inoportunos que, si bien no son demasiado comunes, si que empañan un poco la experiencia final.

La banda sonora por su parte cumple perfectamente y sabe trasladar a la perfección ese toque místico y de fantasía que reside en el pueblo de Torchlight. Los efectos de sonido cumplen con su cometido aunque no cobran especial protagonismo.

Conclusión

Torchlight es un título redondo y que bien merece los 1.200 puntos Microsoft que vale. Es una experiencia entretenida, variada y suficientemente larga. Los fans del género encontrarán una aventura ideal con la que pasar el rato explorando niveles y eliminando monstruos. Sin embargo, como ya hemos mencionado, se echa en falta la existencia de un modo multijugador.

Torchlight ya está a la venta para XBox 360 en el bazar a un precio de 1.200 puntos Microsoft con una calificación para mayores de 12 años, según el código PEGI.