Libertad Digital
El sistema financiero de Estados Unidos no es el mismo desde que se destapó el escándalo del grupo energético
Enron
. Las irregulares prácticas contables que llevó a cabo la empresa, con el beneplácito de la auditora Arthur Andersen, llevó a la quiebra a una de las mayores empresas norteamericanas. Además, después de que David Duncan, ex contable de
Arthur Andersen
que destruyó documentos relacionados con el caso Enron, se declarase culpable y aceptara convertirse en testigo del Gobierno en su investigación criminal, la auditora puede que siga a Enron en su desaparición. A partir de ese momento, la
Securities Exchange Comisión
(la CNMV de EEUU) empezó a mirar con lupa las cuentas de miles de empresas, una vez que comprobó lo poco que podía fiarse del control de las auditorías. Respecto a la labor de éstas, la SEC descubrió que por cada dólar que ganan de los servicios de auditoría, obtiene 2,69 dólares con otros trabajos como el de consultoría o contabilidad. Esto hizo sospechar a los reguladores del nuevo enfoque que las auditoras habían dado a su negocio.
Así, no es de extrañar que sólo en los dos primeros meses del año la SEC abriera 49 investigaciones sobre cuentas de empresas pertenecientes, sobre todo, al sector tecnológico. No obstante, este record de casos también incluía a muchas de las compañías incluidas en los primeros puestos del ranking Fortune 500 . La empresa de telecomunicaciones WorldCom , el fabricante de fibra óptica Global Crossing , la operadora Qwest , la cadena de televisión por cable Adelphia , el grupo energético Williams o la corporación de informática Network Associates se han tenido que ver las caras con los funcionarios de la SEC.
Dos de los casos más relevantes de las últimas semanas han sido los de IBM y Xerox. Las acciones del fabricante de computadoras International Business Machines ( IBM ) perdieron más de un cinco por ciento, después de anunciarse que la Comisión Nacional de Valores de EEUU estaba investigando la empresa. La inspección ha sido clausurada sin ningún resultado negativo para IBM. Al mismo tiempo, la SEC ponía fin al proceso judicial abierto contra Xerox por posible fraude contable, después de acordar que el fabricante de copiadoras abone una multa de 10 millones de dólares, la más grande de este tipo de delito. Xerox, que ni admitió ni negó los cargos, tendrá que reajustar sus cuentas desde 1997, así como revisar las previsiones financieras del año 2001.
Los inversores, a la que saltan
Uno de los casos más curiosos es el de Qwest, investigada por doble motivo. El ente regulador del mercado investigó su contabilidad del cuarto trimestre de 2000. Pero, además, la SEC le pidió que entregara documentos en los que se detallan sus operaciones mercantiles con la empresa Global Crossing, declarada en bancarrota. Qwest y Global Crossing se compraron, la una a la otra, capacidad de transmisión de datos, una práctica común entre empresas de telecomunicaciones. Los expertos en contabilidad señalan que las preocupaciones de los investigadores podrían referirse al hecho de que es posible que una empresa contabilice dos veces la misma capacidad, una vez cuando la vende y otra cuando la vuelve a comprar.
La purga realizada por la SEC (su homóloga española podría tomar nota de la celeridad con que se actúa al otro lado del Atlántico) no es una mala noticia, al contrario. Lo preocupante de esta situación es que tras el colapso de Enron, los inversores huyen del parqué cada vez que salta la noticia de que otras empresas no han sido tan transparentes en sus cuentas como se pensaba. Cada vez que la SEC anuncia que está estudiando los libros de una sociedad que cotiza en bolsa, el desplome de las acciones no se hace esperar.
Así, no es de extrañar que sólo en los dos primeros meses del año la SEC abriera 49 investigaciones sobre cuentas de empresas pertenecientes, sobre todo, al sector tecnológico. No obstante, este record de casos también incluía a muchas de las compañías incluidas en los primeros puestos del ranking Fortune 500 . La empresa de telecomunicaciones WorldCom , el fabricante de fibra óptica Global Crossing , la operadora Qwest , la cadena de televisión por cable Adelphia , el grupo energético Williams o la corporación de informática Network Associates se han tenido que ver las caras con los funcionarios de la SEC.
Dos de los casos más relevantes de las últimas semanas han sido los de IBM y Xerox. Las acciones del fabricante de computadoras International Business Machines ( IBM ) perdieron más de un cinco por ciento, después de anunciarse que la Comisión Nacional de Valores de EEUU estaba investigando la empresa. La inspección ha sido clausurada sin ningún resultado negativo para IBM. Al mismo tiempo, la SEC ponía fin al proceso judicial abierto contra Xerox por posible fraude contable, después de acordar que el fabricante de copiadoras abone una multa de 10 millones de dólares, la más grande de este tipo de delito. Xerox, que ni admitió ni negó los cargos, tendrá que reajustar sus cuentas desde 1997, así como revisar las previsiones financieras del año 2001.
Los inversores, a la que saltan
Uno de los casos más curiosos es el de Qwest, investigada por doble motivo. El ente regulador del mercado investigó su contabilidad del cuarto trimestre de 2000. Pero, además, la SEC le pidió que entregara documentos en los que se detallan sus operaciones mercantiles con la empresa Global Crossing, declarada en bancarrota. Qwest y Global Crossing se compraron, la una a la otra, capacidad de transmisión de datos, una práctica común entre empresas de telecomunicaciones. Los expertos en contabilidad señalan que las preocupaciones de los investigadores podrían referirse al hecho de que es posible que una empresa contabilice dos veces la misma capacidad, una vez cuando la vende y otra cuando la vuelve a comprar.
La purga realizada por la SEC (su homóloga española podría tomar nota de la celeridad con que se actúa al otro lado del Atlántico) no es una mala noticia, al contrario. Lo preocupante de esta situación es que tras el colapso de Enron, los inversores huyen del parqué cada vez que salta la noticia de que otras empresas no han sido tan transparentes en sus cuentas como se pensaba. Cada vez que la SEC anuncia que está estudiando los libros de una sociedad que cotiza en bolsa, el desplome de las acciones no se hace esperar.
