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Washington no informó a Pakistán de la operación hasta que no concluyó

La presencia de Ben Laden en Pakistán vuelve a poner en cuestión las ya complicadas relaciones entre EEUU y Pakistán.

La confirmación de que Osama bin Laden se encontraba oculto en las cercanías de Islamabad tendrá consecuencias en las difíciles relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, un aliado necesario pero ambiguo a los ojos de Washington en la lucha contra el terrorismo.

El Gobierno paquistaní ha puesto su mejor cara tras conocerse la noticia de la muerte de Ben Laden en una operación estadounidense y ha asegurado que se trata de una excelente noticia.

Y al anunciar la muerte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tuvo buen cuidado en elogiar a Pakistán por su "cercana cooperación en la lucha contra el terrorismo". "Es importante hacer notar que nuestra cooperación contra el terrorismo con Pakistán nos llevó a Ben Laden y el complejo donde se escondía", declaró Obama.

Pero según han asegurado altos funcionarios estadounidenses, Washington no informó de la operación a Islamabad hasta que no hubo concluido, por motivos de seguridad y para salvaguardar el secreto de la misión.

Aunque aún faltan por saberse numerosos detalles en torno a la operación, entre ellos hasta qué punto Pakistán participó o no en la captura, no deja de ser significativo que Estados Unidos optara por el silencio a la hora de informar a Islamabad, teóricamente un estrecho aliado en la lucha contra el terrorismo. Lo cierto es que las relaciones entre los dos países llevan tiempo siendo muy espinosas.

El presidente del Comité para las Fuerzas Armadas en el Senado, el demócrata Carl Levin, afirmó hoy que Pakistán debe dar muy buenas explicaciones. "Las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia paquistaníes tienen que responder a un montón de preguntas, dado el lugar, el periodo de tiempo y el hecho aparente de que esta residencia se construyó expresamente para Bin Laden, y su cercanía al cuartel general del Ejército paquistaní", declaró Levin en una rueda de prensa en el Capitolio.

En referencia a los rumores que en un principio apuntaban a que la operación que ha concluido con la muerte de Bin Laden había contado con la participación de las fuerzas paquistaníes, el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, ha desmentido esta información, asegurando que se ha tratado de una operación exclusivamente estadounidense.

"Los acontecimientos del domingo no fueron una operación conjunta", ha aclarado el presidente, aunque ha destacado la aportación de los efectivos paquistaníes en otras misiones similares desarrolladas en su territorio.

"La década de cooperación y amistad entre Estados Unidos y Pakistán ha permitido la eliminación de Usama bin Laden como continua amenazada al mundo civilizado. Y nosotros, en Pakistán, estamos muy satisfechos porque nuestra temprana colaboración para identificar al correo de Al Qaeda ha permitido llegar este día", ha dicho en referencia a Jalid Mohamed, detenido en 2003 en Rawalpindi.

En este sentido, el mandatario ha agradecido las palabras de su homólogo estadounidense, Barack Obama, quien durante el anuncio de la muerte del terrorista valoró el respaldo de las autoridades paquistaníes a la lucha contra el terrorismo.

Asimismo, el presidente ha expresado su "satisfacción por que la fuente de mayor maldad del milenio ha sido silenciada y sus víctimas han recibido justicia", sumándose así a lo manifestado por otros países azotados por el terrorismo, entre los que ha mencionado a España, Estados Unidos, Reino Unido, Indonesia, Afganistán, Turquía, Yemen, Kenia, Tanzania, Egipto Arabia Saudí y Argelia.

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