Saltándose cualquier tipo de protocolo y demostrando que en Argentina el kirchnerismo puede hacer y deshacer lo que quiera, Cristina Fernández ha iniciado su segundo período de cuatro años como presidenta de Argentina en una ceremonia en el que no fue la única protagonista.
La que también tuvo gran presencia fue su hija Florencia Kirchner, de quien recibió la banda presidencial, mientras que la propia Cristina Fernández tomaba ella misma el bastón de mando, ante la mirada del vicepresidente saliente, Julio Cobos, enfrentado con el Gobierno.
Con esta ruptura total del protocolo establecido, la presidenta evitó darle ningún papel a Cobos, quien debería haberse encargado de conducir la ceremonia de juramento. Visiblemente emocionada, Cristina Fernández se sumió en un abrazo con su hija mientras en el Parlamento retumbaban los aplausos y los vítores a la mandataria y a Kirchner.
Vestida de riguroso luto, Fernández juró sobre la biblia desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidenta de la nación y agregó: "Si así no lo hiciese que Dios, la Patria y él (Kirchner) me lo demanden". Desde la muerte de Kirchner en octubre del pasado año, la presidenta suele referirse a su esposo en actos públicos como "él".
En las calles, decenas de miles de personas saludaron la asunción de la presidenta con consignas peronistas y cánticos como: "Yo soy peronista, soy soldado de Cristina". Fernández partió después en helicóptero de su residencia oficial de Olivos, en las afueras de Buenos Aires, acompañada de sus dos hijos, Florencia y Máximo, y de la novia de este, para dirigirse a la Casa Rosada.
Importantes ausencias
La ceremonia tuvo importantes ausencias, como la de Hugo Chávez, quien suspendió el viernes su viaje Argentina, según él debido a las fuertes lluvias que han azotado su país en los últimos días, aunque otras versiones apuntan a la enfermedad como la principal razón. Otro de los ausentes ha sido el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, quien se excusó con la misma razón que su par venezolano. En Colombia la ola invernal se ha cobrado la vida de más de 135 personas. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tampoco asistió por compromisos internos mientras que Felipe Calderón también decidió quedarse en su país.
A pesar de estas importantes ausencias, la ceremonia contó con una nutrida participación de líderes mundiales: El primero en llegar fue el Príncipe Felipe en representación de España, seguido por los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Uruguay, José Mujica.