La imagen se produjo el pasado fin de domingo, en plena Plaza de la Concordia en París. Tras pronunciar su mitin, el premier francés bajó a darse un baño de masas, estrechando las manos de sus simpatizantes.
Tras hacerlo con varias personas, Sarkozy tuvo un gesto que poca gente ha pasado por alto: se quitó el reloj de pulsera y se lo metió en el bolsillo. El vídeo del momento está circulando como la pólvora en las redes sociales, que interpretan las imágenes como un gesto de desconfianza de Sarkozy hacia sus propios votantes. Muchos consideran que tenía miedo de que la muchedumbre le robara su costosísimo reloj –un modelo suizo valorado en 55.000 euros-, pero no es la única hipótesis. Otros creen, como explican en People, que alguien intentó quitarle el reloj y le desabrochó la hebilla, por eso decidió guardárselo en el bolsillo.
El propio Nicolas Sarkozy se ha visto forzado a explicarse. En una entrevista en France Inter, ha explicado que se quitó el reloj porque "no quería perderlo, es un regalo de mi esposa". Aseguró que "el cierre se había abierto porque, obviamente, cuando llegamos a las 120.000 personas... es un poco apresurado. No perdí el regalo de mi esposa, eso es todo".
Lo único cierto es que la simple duda ya ha lastimado la imagen de Sarkozy, en plena batalla por la reelección, sembrando la duda sobre sus verdaderos motivos. ¿Quería evitar que le ocurriera lo mismo que a George Bush en Tirana en 2007? ¿Realmente alguien intentó quitarle el reloj? ¿Quiso esconder el costosísimo regalo?