La cuarta jornada del Campus Faes ha estado dedicada a analizar el contexto actual que atraviesa América Latina en su conjunto. Para ello, la Fundación de Análisis y Estudios Sociales ha contado con la participación de el expresidente de Bolivia, Jorge Quiroga, el exministro de Economía argentino, Martín Lousteau, y la opositora chavista María Corina Machado, entrevistada por Libertad Digital.
Esta jornada, dirigida por Cayetana Álvarez de Toledo, se ha desarrollado a través de conferencias y mesas redondas, ahondando en los principales peligros que sobrevuelan América Latina y que son de vital importancia también para nuestro país. Presentado por el director adjunto de Relaciones Internacionales de la Fundación, José Herrera, el exministro argentino ha centrado su intervención en el terreno más económico, partiendo de la consideración de que el moderado impacto de la recesión mundial en la región, está contribuyendo a debilitar también el Estado de Derecho en muchos países de Iberoamérica.
Ante el riesgo de que los regímenes perviertan y transformen el auténtico cimiento de las democracias, Lousteau ha propuesto que las "instituciones y el propio Estado de Derecho se sometan a un test fundamental" para "darse a sí mismo un nuevo ordenamiento cuando llega el shock de la crisis", señaló. El exministro argentino advirtió de los riesgos del inmovilismo en este sentido, indicando que el Estado de Derecho "nos tiene que dotar de un cuerpo con el que actuar frente a estos desafíos y tiene que ser claro, reconocible, trasparente, aceptado y flexible". En su opinión, "aferrarnos al Estado de Derecho como una panacea que no debe ser cambiada es un problema, ya que este va mutando y desarrollándose a través del tiempo", añadió.
Y es que, como apuntó Lousteau, "solamente te das cuenta de lo que es el Estado de Derecho cuando éste falta" y deja de ser "un sistema de leyes e instituciones que ponen restricciones a la acción gubernamental para privilegiar el mantenimiento de los derechos individuales".
Por su parte, el expresidente boliviano ha preferido alertar del que él juzga el verdadero peligro que sobrevuela el sur del continente: el narcotráfico y la inseguridad que se deriva de él. "Más que ‘Cha-ves’ me preocupa ‘Cha-po Guzmán’ y los narcos", aseveró. Y es que, aunque Jorge Quiroga arremetió duramente contra los desmanes despóticos de mandatarios como Hugo Chávez y Evo Morales, considera mucho más dañino el arraigo del narcotráfico en las maquinaria de algunos Estados, porque consiguen crear un "terreno fértil para la destrucción institucional". "El peligro no está sólo en México" previno, "Guatemala o mi país sí tienen que poner barbas en remojo". Además, auguró que la problemática del tráfico de drogas será un tema caliente en el futuro, ya que, en su opinión "va a marcar la agenda inmediata entre Estados Unidos, México y Brasil".
No obstante, el expresidente boliviano ha resaltado también los méritos de la región en los últimos años, que ha experimentado un desarrollo económico sin precedentes. América Latina "atraviesa un buen momento económico por el desarrollo de muchos países que se han beneficiado de la bonanza china y han puesto en marcha algunas buenas prácticas en política social", señaló. Además, recordó que antes "América latina era el contagiado de cualquier crisis" y ahora está suponiendo una vía de escape para ciudadanos y empresas del continente europeo que huyen de la debacle económica.
Quiroga ha sacado pecho al referirse al espectacular cambio en el equilibro de poder mundial, ya que "tres de los asientos del G-20 pertenecen a la región, que crece tres veces más, tiene la mitad de deuda, y ha reducido la pobreza del 50 al 35 por ciento y creado clases medias nuevas en diez años", recordó. "Si en 2002 alguien hubiera apostado a esto hubiera parecido realismo mágico".
Por eso, Jorge Quiroga, se mostró consternado por el hecho de que la bonanza económica haya sido aprovechada por regímenes latinoamericanos para "extender prácticas profundamente reñidas con el Estado de derecho y las libertades". Pidió no perder de vista a Venezuela o Bolivia, regímenes que "son populistas para llegar, hegemónicos para quedarse y tiránicos para perpetuarse. Y eso es lo que más destruye instituciones y Estado de derecho".