Aunque el problema ya viene desde hace bien tiempo, este domingo, los dos diarios más importantes de Argentina, Clarín y La Nación, ambos muy críticos con el gobierno de Cristina Fernández, sufrieron un boicot del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas (SIVENDIA), un gremio encabezado por Omar Plaini, que también es diputado por el Frente para la Victoria (FPV), la coalición peronista creada en 2003 para apoyar la candidatura de Néstor Kirchner y posteriormente de la actual presidenta argentina.
Plaini y un centenar de miembros del sindicato impidieron la salida de los vehículos que transportan los ejemplares de ambos diarios a los puntos de venta. Ya el viernes bloquearon las plantas impresoras durante varias horas en el barrio porteño de Barracas pero finalmente el sábado pudieron salir a la venta. Sin embargo, este bloqueo impidió este domingo la salida al público aunque ambos diarios encontraron Internet como su canal de información.
En declaraciones a su propio diario, Juan Salvat, gerente de Circulación de Clarín, señaló que "nos han bloqueado las plantas y no nos permiten sacar ninguno de los vehículos que teníamos preparado para un plan de emergencia" y en Radio Mitre dijo que "a la hora que sea los diarios van a salir". Por eso, a pesar del bloqueo, logró distribuir algunos periódicos en 60 puntos de venta en Capital, Gran Buenos Aires y algunas localidades del interior, aunque desde su edición digital anunció que después de las 10 de la mañana se agotó.
Por su parte La Nación señaló en su página web que "debido al bloqueo, los ejemplares de La Nación no podrán ser distribuidos a los puntos de venta establecidos" por lo que "decidió realizar algunos cambios para que los lectores puedan seguir informados" y así anunció para este lunes los suplementos dominicales como Enfoques, Turismo, Economía & Negocios, Campo y LNRevista.
En declaraciones que publica la página Telam, Plaini señaló que "esto no termina aquí, esto está empezando", al tiempo que apuntó que "este paro de 48 horas es en respuesta a esa negación que tienen al diálogo estos grupos acostumbrados a imponer".