todo apuntaba a que la presencia de Kim Jong-un en el balcón presidencial durante la celebración del 65º aniversario del Partido de los Trabajadores implicaba la presentación oficial del sucesor del régimen comunista de Corea del Norte. El legado de Kim Jong-il, su padre, hizo muestra de su disciplina comunista en unas celebraciones mastodónticas repletas de mosaicos humanos y precisión militar.
Fanfarria, propia de una dictadura, el hijo del caudillo se puso de largo para suceder al llamado "querido gran líder" por los súbditos de esta tiranía. Finalmente, las autoridades de Corea del sur (una democracia de corte occidental) confirmaron que el proceso sucesorio en el régimen comunista de su vecino del norte está en marcha a favor del hijo del caudillo. Si Kim Jong-il se hace llamar "querido gran lider", su hijo Kim Jong-un ya tiene apodo revolucionario: "el joven general".
Según algunos expertos en la dictadura norcoreana, el objetivo del régimen estalinista de Kim Jong-il no era lucir su músculo militar, ni celebrar a todo trapo el 65º aniversario de la fundación del país, sino mostrar a su oprimido pueblo la tercera generación de los Kim. La primera dinastía hereditaria comunista del mundo a la espera de lo que ocurra en Cuba.
También llamado "Kim III", el joven heredero de la dinastía, tomará las riendas de un país, último reducto de la guerra fría, donde el pueblo es aleccionado en la retórica estalinista desde que nacen y en la que los mandatarios son considerados seres casi sobrenaturales y providentes capaces de todo. El aislamiento al que someten a su pueblo, les hacen creer que son la séptima maravilla del mundo y que, por ejemplo, en ningún país del planeta suceden cosas como que una mujer pueda presentarse a unas elecciones o incluso pueda acudir a votar.