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Alta abstención y problemas informáticos en las presidenciales portuguesas

La baja afluencia a las urnas y los problemas informáticos y de identificación de electores marcaron este domingo las elecciones en Portugal.

La baja afluencia a las urnas y los problemas informáticos y de identificación de electores marcaron este domingo las elecciones en Portugal.

Tanto los candidatos favoritos de los sondeos, el actual jefe de Estado, Anibal Cavaco Silva, y el socialista Manuel Alegre, como los otros cuatro aspirantes a la presidencia de Portugal, con mínimas posibilidades de ganar, exhortaron a la participación ciudadana que pareció también resentirse del clima anormalmente frío que sufre estos días Portugal.

Las autoridades electorales reconocieron que se habían producido fallos en el sistema informático y en la utilización del carné digital de ciudadano, utilizado para votar, dos problemas que podrían perjudicar la participación electoral, según la Comisión Nacional de Elecciones (CNE). La participación era a las 16.00 hora local del 35,16 por ciento, cerca de un 10 % menos que en la elección de 2006.

Varios medios de comunicación lusos recogieron testimonios de votantes y responsables de mesas electorales con dificultades para identificarlos y permitir el sufragio, aunque el Gobierno negó que estos fallos puedan ser motivo de abstención.

Cerca de 9,6 millones portugueses estaban llamados a las urnas para escoger el próximo presidente del país, cargo al que aspiran seis candidatos, aunque sólo Cavaco, con más del 50 por ciento de intención de voto, y Alegre, con la mitad de ese apoyo, tienen opciones de llegar al cargo en primera o segunda vuelta, según los sondeos.

La sombra de una alta abstención planeó sobre la jornada electoral desde que se conocieron los primeros datos de afluencia a los colegios electorales, y cuando acudieron a las urnas los candidatos y las autoridades exhortaron a la población a votar.

En las presidenciales de 2006, en las que fue elegido Cavaco con mayoría absoluta en primera vuelta, la abstención final se situó en el 38,47 %, aunque en la votación anterior, en 2001, cuando Jorge Sampaio fue reelegido con el 55,55 % de los sufragios, fue mucho mayor, del 50,29.

Los centros de votación abrieron a las 8.00 hora local en el Portugal continental y el archipiélago de Madeira, y cerraron en estos territorios a las 19.00 horas, aunque la elección seguía abierta hasta su finalización, una hora después, en las occidentales islas Azores.

Cavaco, de 71 años, al emitir el voto expresó su deseo de que "sea conocido ya hoy el futuro presidente de la República", en alusión a su esperanza de evitar una segunda vuelta.

El poeta y diputado socialista Manuel Alegre, principal rival del actual presidente, manifestó su confianza de que la ola de frío que afecta al país no perjudique un día de "grandes decisiones" para el pueblo.

El tercer aspirante a la presidencia con mayor apoyo, según las encuestas, el médico Fernando Nobre, que tiene un 10 % de intenciones de voto, también animó a los portugueses a votar, en tanto su rival comunista, Francisco Lopes, exhortó a actuar con conciencia ante la "situación tan difícil" que vive Portugal.

El primer ministro luso, el socialista José Sócrates, y el presidente de la Comisión Europea (CE), el portugués José Manuel Durao Barroso, también alentaron a acudir a las urnas cuando sufragaron hoy por la mañana en Lisboa.

"Todas las elecciones son la celebración de la democracia", recalcó Sócrates, blanco de muchos ataques en esta campaña por la crisis económica que sufre Portugal.

Durao Barroso, primer ministro luso entre 2002 y 2004 por el centro-derechista Partido Social Demócrata (PSD), al que pertenece Cavaco, reconoció que Portugal vive un momento especial y las elecciones "tienen también un significado especial".

Por su parte el actual líder del PSD, Pedro Passos Coelho, que ha amenazado con pedir elecciones legislativas si Portugal tiene que recurrir a un rescate financiero, recordó, como apoyo a Cavaco, que el jefe de Estado "no es una figura decorativa y tiene relevancia para el futuro".

Además de los problemas informáticos la jornada electoral sólo registró incidentes en algunas pequeñas aldeas del país, donde la población boicoteó los comicios en diversos actos de protesta.

Candados, tablones y hasta un buey y una vaca sirvieron para que seis parroquias lusas impidieran el inicio de las votaciones para denunciar la falta de telefonía móvil, de acceso a internet o de un tanatorio, entre otros motivos de indignación ciudadana.

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