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Aznar elogia a Andrés Pastrana por su valentía para tomar decisiones difíciles aunque eso "minase" su popularidad

El ex presidente del Gobierno y responsable de FAES, José María Aznar, se refirió esta tarde al ex presidente de Colombia Andrés Pastrana, como un jefe de Estado que supo enfrentarse a situaciones "muy difíciles" durante su mandato, anteponiendo "la responsabilidad a la desidia" y tomando decisiones "que podían ser malinterpretadas por la sociedad" aunque eso "minase" su popularidad. Según Aznar, "los gobernantes deben decidir y actuar de acuerdo con los datos e informaciones con las que cuentan en un determinado momento, aciertan o se equivocan, y son juzgados por la ciudadanía y la Historia", aseguró. Aznar se pronunció así durante la presentación del libro La palabra bajo fuego (Planeta), del ex presidente colombiano Andrés Pastrana, a quien definió como "un amigo" al que le une "la pasión por la política".

El ex presidente del Gobierno y responsable de FAES, José María Aznar, se refirió esta tarde al ex presidente de Colombia Andrés Pastrana, como un jefe de Estado que supo enfrentarse a situaciones "muy difíciles" durante su mandato, anteponiendo "la responsabilidad a la desidia" y tomando decisiones "que podían ser malinterpretadas por la sociedad" aunque eso "minase" su popularidad. Según Aznar, "los gobernantes deben decidir y actuar de acuerdo con los datos e informaciones con las que cuentan en un determinado momento, aciertan o se equivocan, y son juzgados por la ciudadanía y la Historia", aseguró. Aznar se pronunció así durante la presentación del libro La palabra bajo fuego (Planeta), del ex presidente colombiano Andrés Pastrana, a quien definió como "un amigo" al que le une "la pasión por la política".
L D (Agencias) El ex presidente del Gobierno español expuso las coincidencias que mantiene con Pastrana: "Creo que tanto para Andrés Pastrana como para mi la libertad ha sido la gran pasión de nuestra actuación política, el norte de nuestra conducta y la base fundamental de nuestro entendimiento político, tanto cuando compartíamos el afán de lograr la victoria como cuando nos unía la responsabilidad de gobernar".
 
Aznar se refirió a continuación a la situación de Colombia, una democracia "antigua" que ha visto atacados sus cimientos "desde hace años por una violencia brutal, con orígenes diversos". "El narcotráfico, la subversión política de la guerrilla o los paramilitares han lanzado con furia su violencia contra el Estado colombiano y, en definitiva, contra los derechos y las libertades de los colombianos", enfatizó. "La política no siempre ha sabido afrontar con decisión y responsabilidad esos desafíos. De hecho, a la altura de 1998, cuando Andrés Pastrana llega a la Presidencia de Colombia, su país era visto en cierto modo como un caso perdido de la Comunidad Internacional. La violencia parecía una maldición insoslayable, y el resto de naciones miraban con distancia y frialdad la tragedia en la que vivía Colombia", apostilló.
 
El ex presidente Pastrana, continuó Aznar, optó entonces por la toma de decisiones en años "duros y difíciles", pese a que quien gobierna "no tiene una bola de cristal para conocer toda la realidad, el pasado y el futuro". "Por eso tomar decisiones exige valentía, prudencia y determinación, aun a sabiendas de que los elementos que están al alcance para formarse un juicio son necesariamente incompletos e imperfectos. Pero llega un momento en el que la peor decisión es la que no se toma", recalcó. "Cuando las decisiones se tienen que tomar en unas circunstancias tan convulsas, difíciles y complicadas como las de Colombia, a la prudencia y a la valentía se tienen que unir los principios sólidos y la honradez, si no se quiere caer en el abismo", determinó el presidente de FAES.
 
En este contexto, añadió que en el libro que se presentó este lunes se da cuenta de que ser presidente consiste "en recibir la última llamada", puesto que "hay un momento en el que no cabe consultar a nadie más y uno se enfrenta en soledad a la decisión".  "Y eso, pese a que el político inteligente, y Andrés Pastrana es un político inteligente, se sabe rodear de equipos inteligentes, entregados y eficaces. Pero el último eslabón de la cadena es el Presidente", recalcó.
 
Según Aznar, en 1998 muchos miraban "con distancia" los problemas "graves" de Colombia y su "combinación infernal de violencia, desafío guerrillero y paramilitar, violaciones de los Derechos Humanos y disolución del Estado", como si todo fuera una "realidad inevitable para los colombianos". "El gobierno de Andrés Pastrana cambió esa percepción y esa actitud del resto del mundo. Para mí, ese es sin duda uno de los principales logros de esos cuatro años de Presidencia. Colombia empezó a interesar y a preocupar", apuntó. "La mayor apuesta del gobierno de Andrés Pastrana fue la búsqueda de una solución al desafío brutal que suponían las FARC, un grupo terrorista que nunca dudó en utilizar los métodos más brutales para imponer su proyecto totalitario, y en usar el narcotráfico para financiarse –sentenció–, una apuesta arriesgada y no fácil de comprender. Pero los gobiernos amigos apoyaron a la democracia colombiana, como lo solicitó Andrés Pastrana".
 
Aznar dijo que, "como señala otro buen amigo, el Presidente Bill Clinton", la respuesta fue que las FARC continuaron con sus secuestros y asesinatos. "Es muy posible que el pueblo colombiano, sin haber explorado ese camino y comprobar que la buena fe y la decencia sólo estaban del lado de los gobernantes democráticos y de los representantes del Estado de Derecho, no hubiera ganado tanta determinación para defender sus libertades y sus derechos", estableció. "Tampoco la actitud internacional sería la que de hoy en día. A la altura de 1998 no eran pocos en Europa y en otras partes los que, con la confusión moral propia de esa izquierda caduca y acomodaticia que añora todavía el paraíso comunista y en secreto sigue creyendo en la revolución, las FARC y otros grupos subversivos no eran más que nobles luchadores por la justicia social –afirmó–. Y justificaban y excusaban sus secuestros y asesinatos con el endeble argumento, que hemos oído miles de veces, de que eran por una buena causa". Dicho esto, Aznar felicitó a Pastrana por haber acabado "intelectual y moralmente" con esa "perversión" de pensamiento. "Ya nadie puede, sin caer en el más descarnado cinismo, defender lo indefendible", aseveró.
 
Finalmente, resaltó otros "logros" del Gobierno de Pastrana como su trabajo a favor de los derechos humanos; su apoyo a unas Fuerzas de Seguridad "dignas de una democracia" o su lucha contra los cultivos ilegales y el narcotráfico, "verdadero cáncer que consumía a las instituciones y que fueron objeto de un apoyo internacional muy significativo con el llamado Plan Colombia". "Y es que el gobierno de Pastrana tuvo sin duda una sensibilidad y una inteligencia particular para atender las necesidades sociales de su país. Lo demostró también tras el terrible terremoto que desvasó el Eje Cafetero –concluyó–. Andrés se resistió a la tentación de aprovecharse del cansancio y la desesperación del electorado y se abstuvo de promesas mesiánicas. Frente a aquellos que optan por el populismo, Andrés ofreció su trabajo, un proyecto serio de gobierno, semillas que sabía que tardarían en germinar, pero que son lo mejor que un político puede ofrecer a su país, proyectos a largo plazo y no fórmulas milagrosas, soluciones rápidas para contentar a la población sin acudir realmente a la raíz de los problemas".

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