L D (Agencias) En un programa especial, de más de cuatro horas de duración, emitido por la televisión cubana sobre el conflicto abierto con la Unión Europea, el dictador de Cuba, Fidel Castro, arremetió contra los mandatarios español e italiano, a quienes considera los responsables de las sanciones políticas aprobadas por los Quince en respuesta al encarcelamiento y ejecución de disidentes. José María Aznar y Silvio Berlusconi fueron calificados de "fascistas y bandidos" mientras que, para Castro, la declaración europea sobre la isla es un "papelucho grosero e insolente".
Horas antes de que se lleven a cabo movilizaciones convocadas frente a las embajadas española e italiana de La Habana, previstas para este jueves, Castro dijo que "ellos (España e Italia) se han ganado estas marchas" porque han adoptado "acciones inútiles que la van a desprestigiar". En su intervención, insistió en responsabilizar a España de ser el principal impulsor de la declaración europea y se refirió a Aznar como "caballerito", "cobarde" y "führercito" de ideas "nazi-fascistas". Incluso alabó la política del régimen franquista hacia la isla al expresar que "el mismo (Francisco) Franco fue mucho más astuto, se cuidó, maniobró y mantuvo un absoluto nivel de tenacidad en lo que se refiere a Cuba".
La respuesta cubana al Gobierno de Madrid, explicó el dictador, se centrará contra la embajada española en La Habana y en particular, contra el Centro Cultural Español. Así, anunció que "en desagravio al pueblo español", en el jardín situado frente a la sede diplomática en el malecón habanero se erigirán tres estatuas, dedicadas a Federico García Lorca, Antonio Machado y al escritor de origen puertorriqueño Pablo de la Torriente Brau. "Y allí estarán (las estatuas) si esa embajada permanece allí, a lo mejor le da por mudarse para no ver, por marcharse", dijo. Además, dio instrucciones para que se denuncie el convenio suscrito con España sobre el Centro Cultural español en 1996 y adelantó que estudian transformarlo en Centro Cultural García Lorca porque "se ha usado para todo menos para la cultura española".
En otra parte de su intervención, Castro se refirió a Silvio Berlusconi, mandatario italiano, a quien calificó de "payaso". Sobre él, dijo que "habría sido mejor que le pusieran Burlesconi. Es una figura de relajo, y Mussolini era igual". El líder cubano también analizó la declaración de la UE, que contempla revisar la llamada "postura común" sobre Cuba, limitar las visitas de alto nivel a la isla, reducir el respaldo a actividades culturales e invitar a los disidentes a embajadas en las fiestas nacionales. Anunció que "no basta con una respuesta oficial" como la ofrecida ya por su Gobierno sino que "habrá que ir aplicando cuantas medidas sean necesarias para una situación como ésta".
Entre ellas, adelantó que ningún funcionario cubano asistirá a actividades oficiales de las embajadas que apliquen la política de la declaración europea y que, a su vez, ninguno de los diplomáticos de estas delegaciones serán invitados a actividades oficiales del Ejecutivo cubano.
Horas antes de que se lleven a cabo movilizaciones convocadas frente a las embajadas española e italiana de La Habana, previstas para este jueves, Castro dijo que "ellos (España e Italia) se han ganado estas marchas" porque han adoptado "acciones inútiles que la van a desprestigiar". En su intervención, insistió en responsabilizar a España de ser el principal impulsor de la declaración europea y se refirió a Aznar como "caballerito", "cobarde" y "führercito" de ideas "nazi-fascistas". Incluso alabó la política del régimen franquista hacia la isla al expresar que "el mismo (Francisco) Franco fue mucho más astuto, se cuidó, maniobró y mantuvo un absoluto nivel de tenacidad en lo que se refiere a Cuba".
La respuesta cubana al Gobierno de Madrid, explicó el dictador, se centrará contra la embajada española en La Habana y en particular, contra el Centro Cultural Español. Así, anunció que "en desagravio al pueblo español", en el jardín situado frente a la sede diplomática en el malecón habanero se erigirán tres estatuas, dedicadas a Federico García Lorca, Antonio Machado y al escritor de origen puertorriqueño Pablo de la Torriente Brau. "Y allí estarán (las estatuas) si esa embajada permanece allí, a lo mejor le da por mudarse para no ver, por marcharse", dijo. Además, dio instrucciones para que se denuncie el convenio suscrito con España sobre el Centro Cultural español en 1996 y adelantó que estudian transformarlo en Centro Cultural García Lorca porque "se ha usado para todo menos para la cultura española".
En otra parte de su intervención, Castro se refirió a Silvio Berlusconi, mandatario italiano, a quien calificó de "payaso". Sobre él, dijo que "habría sido mejor que le pusieran Burlesconi. Es una figura de relajo, y Mussolini era igual". El líder cubano también analizó la declaración de la UE, que contempla revisar la llamada "postura común" sobre Cuba, limitar las visitas de alto nivel a la isla, reducir el respaldo a actividades culturales e invitar a los disidentes a embajadas en las fiestas nacionales. Anunció que "no basta con una respuesta oficial" como la ofrecida ya por su Gobierno sino que "habrá que ir aplicando cuantas medidas sean necesarias para una situación como ésta".
Entre ellas, adelantó que ningún funcionario cubano asistirá a actividades oficiales de las embajadas que apliquen la política de la declaración europea y que, a su vez, ninguno de los diplomáticos de estas delegaciones serán invitados a actividades oficiales del Ejecutivo cubano.