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Condenan a Montesinos a diez años por enriquecimiento ilícito y a pagar 15 millones de dólares al Estado

El Tribunal Anticorrupción de Perú ha sentenciado a diez años de cárcel al ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos por el delito de enriquecimiento ilícito y al pago de 15 millones de dólares en compensación al Estado. La mano derecha de Fujimori está acusado de liderar la mayor red de corrupción de la historia de Perú. Con la excusa de luchar contra el terrorismo, creó una red de información desde el Servicio de Inteligencia Nacional y presuntamente el grupo paramilitar Colina, responsable de los más graves crímenes de lesa humanidad cometidos en la reciente historia de Perú. Está detenido desde 2001 en la prisión de la Base Naval del Callao.

El Tribunal Anticorrupción de Perú ha sentenciado a diez años de cárcel al ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos por el delito de enriquecimiento ilícito y al pago de 15 millones de dólares en compensación al Estado. La mano derecha de Fujimori está acusado de liderar la mayor red de corrupción de la historia de Perú. Con la excusa de luchar contra el terrorismo, creó una red de información desde el Servicio de Inteligencia Nacional y presuntamente el grupo paramilitar Colina, responsable de los más graves crímenes de lesa humanidad cometidos en la reciente historia de Perú. Está detenido desde 2001 en la prisión de la Base Naval del Callao.
L D (EFE) Montesinos, que ya ha recibido una decena de sentencias por diversos delitos de corrupción, una de ellas a 15 años de cárcel, permanece detenido desde junio del 2001 en la prisión de la Base Naval del Callao. La condena se encuadra en un "megajuicio" en el que están procesadas otras 56 personas, entre testaferros, familiares y la amante del que era considerado el "brazo derecho" de Alberto Fujimori cuando éste era presidente de Perú (1990-2000). El tribunal determinó que el ex asesor, que está preso desde junio de 2001 y ha sido condenado ya por una decena de delitos de corrupción, utilizó a sus familiares y testaferros para acumular una fortuna de unos 50 millones de dólares proveniente del cobro de comisiones por las compras de armamento para los militares.

La sala encontró responsable a Montesinos del delito de enriquecimiento ilícito en agravio del Estado y ordenó, además, que pague 50 millones de soles (12 millones de euros) como reparación civil y una multa de 18.250 soles (4.400 euros). Como la ley peruana no contempla la acumulación de penas, la dictada hoy será asimilada a otra de quince años de cárcel que recibió Montesinos en un juicio anterior.

Entre los procesados en el llamado "megajuicio" figuran la esposa de Montesinos, Trinidad Becerra; su hija mayor, Silvana; su amante, Jacqueline Beltrán; sus hermanas Karelia y María, y los testaferros Alberto Venero y Juan Valencia Rosas. La investigación fiscal ha resaltado que tanto la familia de Montesinos como su amante tenían un estilo de vida "de ricos y famosos", viajaban en lujosos automóviles y volaban a Buenos Aires y Nueva York para realizar compras en las tiendas de diseñadores con tarjetas de crédito sin límite de gastos. Por ese motivo, el Ministerio Público ha solicitado en este proceso que se sentencie a nueve años de prisión a Jacqueline Beltrán, ocho a Trinidad Becerra y siete a Silvana Montesinos.

Desde junio de 2001, el ex jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional se encuentra recluido en la base naval del Callao (oeste de Lima). En una sala especial es procesado por decenas de delitos contra los derechos humanos, enriquecimiento ilícito, narcotráfico, sobornos, tráfico de armas, espionaje telefónico, entre otros. Apodado "Doctor" y "Rasputín", el ex asesor aprovechó su posición para espiar y controlar a casi todas las personas importantes e influyentes del país y se encargó de grabar en vídeo esos actos que, finalmente, acabaron con su poder y con el gobierno de Fujimori.
 
El Rasputín peruano, sombrío ex consejero del presidente Alberto Fujimori
 
El ex asesor, de 61 años, es un ex capitán del Ejército que tuvo cercanía con el poder desde el gobierno militar que encabezó en 1968 el general Juan Velasco Alvarado, cuando comenzó a trabajar en el Servicio de Inteligencia del Ejército peruano. El entonces oficial era conocido por su habilidad para "tejer intrigas" al lado de dos comandantes del Ejército y de un ministro de Defensa. Con la caída de Velasco, en 1976, Montesinos fue apartado de la cúpula del poder y, al poco tiempo, expulsado del Ejército por haber falsificado un permiso para viajar a Estados Unidos.

En ese periplo por EEUU, Montesinos se reunió con oficiales de los departamentos de Estado y Defensa, el Consejo de Seguridad Nacional, la Junta Interamericana de Defensa y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Tras cumplir dos años de prisión por los delitos de falsedad y desobediencia, el ex asesor decidió estudiar derecho y al graduarse defendió a narcotraficantes en el bufete de un familiar.

Casado y padre de dos hijas, Silvana y Samantha, Montesinos llegó al entorno de Alberto Fujimori en plena campaña presidencial de 1990, cuando este tenía como rival al escritor Mario Vargas Llosa. Tras el triunfo de Fujimori, se convirtió en su mano derecha y construyó una enorme red de información desde el Servicio de Inteligencia Nacional con la intención inicial de derrotar a las bandas armadas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).
 
El grupo paramilitar Colina, responsable de crímenes contra la humanidad
 
La red se extendió paulatinamente a todos los niveles de la sociedad y el espionaje hizo blanco en políticos, funcionarios, empresarios, militares y otras personalidades. Sin embargo, en ese combate al terrorismo se denunciaron algunos de los más graves crímenes de lesa humanidad en la historia reciente de Perú, atribuidos al paramilitar grupo Colina, creado presuntamente por Montesinos. Después de lograr su reelección en 1995, Fujimori modificó la legislación, gracias a la mayoría oficialista en el Congreso, para poder volver a ser reelegido en el 2000. No obstante, su consejero trabajaba en forma paralela para que ninguna institución del Estado, medio de comunicación o empresa importante pudiera impedir ese objetivo. Montesinos usó la extorsión y el soborno, con dinero del Tesoro Público, para controlar a las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial, el sistema electoral y el Congreso.

Un vídeo que mostraba al asesor presidencial cuando pagaba a un congresista de oposición para que se integrase al oficialismo derrumbó, en septiembre del 2000, el aparato corrupto que construyó durante diez años. El escándalo provocó la renuncia de Fujimori, que había logrado su tercera reelección con una serie de irregularidades, y un intento de Montesinos por asilarse en Panamá con el aval de la Organización de Estados Americanos (OEA). Sin embargo, tras el silencio de Panamá, Montesinos regresó a Lima y, al poco tiempo, emprendió una nueva fuga en velero rumbo a Ecuador, Costa Rica y Venezuela.

Medio año después, en junio del 2001, la policía peruana ubicó al ex consejero en Venezuela y logró su repatriación, en medio de una controversia con las autoridades venezolanas por la autoría de la detención. Montesinos fue recluido desde entonces en la prisión de máxima seguridad que construyó en la Base Naval para los cabecillas terroristas, mientras que los jueces descubrían jugosas evidencias del presunto enriquecimiento ilícito del ex asesor presidencial. La justicia peruana ha abierto decenas de juicios contra Montesinos por diversos delitos de corrupción, pero reserva los procesos por cargos más graves, como narcotráfico, tráfico de armas y violaciones de los derechos humanos, para los próximos meses.

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