LD (Agencias) Los seis primeros testigos de la acusación en el juicio de Ali Amrozy, uno de los principales sospechosos del atentado de Bali del 12 de octubre del año pasado, comenzaron este lunes a declarar para relatar sus recuerdos de las explosiones. El portavoz de la fiscalía, Urip Trigunawan, indicó que el objetivo de traer a las víctimas del atentado como testigos es "ilustrar la devastación física y mostrar cuantas personas fueron heridas por las bombas". Las dos bombas, colocadas dentro del Paddy's Bar y frente al Sari Club, ambos repletos de turistas, causaron 202 muertos de 21 países y centenares de heridos.
Una cajera del Sari Club, Ni Putu Ayu Sila Prihanadewi, de 22 años, explicó al tribunal como aquella noche escuchó un terrible estruendo, vio una enorme bola de fuego y perdió el conocimiento, para despertarse minutos más tarde y descubrir los cuerpos sin vida de doce de sus compañeros. Otra víctima, Canisisas Johaidi, de 26 años, manifestó no haber podido volver a trabajar desde que al pasar, montado en su motocicleta con su sobrino, por delante de la puerta del Paddy's Bar se produjo la primera explosión y ambos salieron despidos por la deflagración.
El acusado, Amrozy, arrestado el pasado 5 de noviembre y supuestamente miembro del grupo Yemaah Islamiya, red asiática de Al-Qaeda, fue preguntado si la información de los testigos era correcta, a lo que se limitó a contestar, "sí, bien, pero no sé". La organización es considerada la organización que está detrás de los atentados de Bali y otros ataques con bomba ocurridos en Indonesia y Singapur, y su líder espiritual, Abu Bakar Bashir, está siendo juzgado por traición en Yakarta.
La Policía no ha logrado vincular a Bashir con el atentado de Bali, pero cuatro de los sospechosos encarcelados en la comisaría de policía de la capital de la isla, Denpasar, -Ali Imron, Imam Samudra, Ali Ghufron (alias Mukhlas) y Mubarok-, viajarán este martes a Yakarta para testificar en el juicio del líder religioso. Los sospechosos irán en avión esposados y acompañados de 20 agentes policiales indonesios, bajo estrictas medidas de seguridad, según indicó el portavoz de la Policía de Bali, Made Pastika.
Una cajera del Sari Club, Ni Putu Ayu Sila Prihanadewi, de 22 años, explicó al tribunal como aquella noche escuchó un terrible estruendo, vio una enorme bola de fuego y perdió el conocimiento, para despertarse minutos más tarde y descubrir los cuerpos sin vida de doce de sus compañeros. Otra víctima, Canisisas Johaidi, de 26 años, manifestó no haber podido volver a trabajar desde que al pasar, montado en su motocicleta con su sobrino, por delante de la puerta del Paddy's Bar se produjo la primera explosión y ambos salieron despidos por la deflagración.
El acusado, Amrozy, arrestado el pasado 5 de noviembre y supuestamente miembro del grupo Yemaah Islamiya, red asiática de Al-Qaeda, fue preguntado si la información de los testigos era correcta, a lo que se limitó a contestar, "sí, bien, pero no sé". La organización es considerada la organización que está detrás de los atentados de Bali y otros ataques con bomba ocurridos en Indonesia y Singapur, y su líder espiritual, Abu Bakar Bashir, está siendo juzgado por traición en Yakarta.
La Policía no ha logrado vincular a Bashir con el atentado de Bali, pero cuatro de los sospechosos encarcelados en la comisaría de policía de la capital de la isla, Denpasar, -Ali Imron, Imam Samudra, Ali Ghufron (alias Mukhlas) y Mubarok-, viajarán este martes a Yakarta para testificar en el juicio del líder religioso. Los sospechosos irán en avión esposados y acompañados de 20 agentes policiales indonesios, bajo estrictas medidas de seguridad, según indicó el portavoz de la Policía de Bali, Made Pastika.