LD (Agencias) Desde su exilio en Londres, el portavoz de los terroristas chechenos, Ajmed Zakayed, anunció en una entrevista concedida a la radioemisora Eco de Moscú, que los grupos terroristas que operan en la república separatista han dado por concluido el alto el fuego que hace un mes había sido decretado por su dirigentes, Aslan Masjadov.
El anuncio, destacó, coincide con el 61 aniversario del comienzo de las deportaciones masivas a Siberia de chechenos e ingushes ordenadas por el dictador José Stalin. Zakayev indicó que "creo que es evidente que actualmente Masjadov controla la situación en la república y puede controlar la paz, pese a todas las provocaciones por parte de las estructuras títere y las estructuras de ocupación, nos las hemos arreglado para demostrar que las órdenes del comandante supremo de los rebeldes son ejecutadas".
A finales del mes pasado, el líder de los secesionistas islámicos, Aslán Masjádov, anunció una tregua unilateral. El alto el fuego fue secundado, incluso, por el terrorista Shamil Basayev y seguido de un llamamiento a que las autoridades de Moscú para entablar conversaciones de paz. Pero, el presidente ruso, Vladimir Putin, y otros responsables consideran a Masjadov un terrorista internacional y dudan que mantenga la autoridad sobre los terroristas.
Según Masjádov, el alto el fuego que observaban los terroristas es un "gesto de buena voluntad" para propiciar el comienzo de un proceso de negociaciones con Moscú a fin de poner fin a la guerra en Chechenia, que se prolonga de manera intermitente desde 1994 y se ha cobrado decenas de miles de muertos. La iniciativa del líder secesionista fue ignorada por el Kremlin, que tachó su anuncio de maniobra propagandística.
Putin, instó a las fuerzas de Seguridad a actuar con "mas dureza" contra los grupos terroristas islámicos que actúan en las repúblicas del Cáucaso Norte de Rusia. "Más dureza con ellos, más dureza", reiteró el jefe del Kremlin en una reunión con el Gobierno en pleno.
493.269 hombres, mujeres, niños y ancianos deportados
Según documentos que fueron desclasificados después de la caída del comunismo, entre el 23 de febrero y 20 de marzo de 1944 fueron deportados 493.269 hombres, mujeres, niños y ancianos, en 180 trenes, cada uno con sesenta vagones para transporte de ganado. Cerca de cincuenta chechenos e ingushes murieron en el camino y en los primeros meses del destierro.