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Un informe desvela que veinticinco agentes del FBI fueron testigos de malos tratos en Guantánamo

EL FBI ha hecho público un informe en el que desvela que al menos veinticinco de sus agentes fueron testigos de excesivas técnicas de interrogatorio y malos tratos a algunos de los cuatrocientos "combatientes enemigos", capturados en Afganistán e Irak, que EEUU mantiene encarcelados en Guantánamo. Según fuentes oficiales de la oficina federal, muchos de los incidentes ya habían sido revelados previamente y estaban en conocimiento del Departamento de Defensa. El portavoz de la agencia, Richard Kolko, destacó que desde los atentados del 11-S se investigó a los quinientos agentes asignados a la base naval en Cuba. Los datos recabados, subrayó, demuestran que ninguno de ellos había participado en ese tipo de interrogatorios.

EL FBI ha hecho público un informe en el que desvela que al menos veinticinco de sus agentes fueron testigos de excesivas técnicas de interrogatorio y malos tratos a algunos de los cuatrocientos "combatientes enemigos", capturados en Afganistán e Irak, que EEUU mantiene encarcelados en Guantánamo. Según fuentes oficiales de la oficina federal, muchos de los incidentes ya habían sido revelados previamente y estaban en conocimiento del Departamento de Defensa. El portavoz de la agencia, Richard Kolko, destacó que desde los atentados del 11-S se investigó a los quinientos agentes asignados a la base naval en Cuba. Los datos recabados, subrayó, demuestran que ninguno de ellos había participado en ese tipo de interrogatorios.
LD (EFE) A solicitud de la Unión de Libertades Civiles Americanas (ACLU), la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) difundió documentos sobre malos tratos y técnicas de interrogatorio a prisioneros presenciados por veinticinco de sus agentes en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba).
 
Uno de los documentos conocidos menciona que "en varias ocasiones los testigos vieron a los detenidos en las salas de interrogatorio encadenados de manos y pies y en posición fetal sin agua ni alimentos. La mayoría defecaron o se orinaron y quedaron abandonados allí 18, 24 horas o más".
 
Otro de los agentes del FBI dijo haber visto a un prisionero "temblando de frío" y a otro en una habitación caliente y sin ventilación "casi inconsciente sobre el suelo y un montón de pelo a su lado", aparentemente que él mismo se había extraído durante la noche. Los informes también describen a una mujer encargada de la guardia quien, según uno de los detenidos, apretó sus genitales y le empapó la cara con sangre de su menstruación.
 
Algunos militares y contratistas dijeron a los agentes del FBI que las técnicas de interrogatorio habían sido aprobadas por el Departamento de Defensa, hasta noviembre pasado a cargo de Rumsfeld. La agencia federal afirmó que muchos de los incidentes ya habían sido revelados previamente y estaban en conocimiento de los jefes del Pentágono.
 
Por otra parte, Richard Kolko, portavoz del FBI, mencionó que desde los atentados terroristas del 11 de septiembre en EEUU se investigó a unos quinientos agentes asignados a la base naval en Cuba y determinó que ninguno de ellos había participado en ese tipo de interrogatorios. Añadió que "esa extensa evaluación interna demuestra que el FBI no estuvo involucrado en este tipo de actividades, de ninguna manera".
 
En Guantánamo hay alrededor de cuatrocientos detenidos, que el Gobierno estadounidense considera "combatientes enemigos". La mayoría fueron capturados en Afganistán e Irak después de los atentados del 11-S.
 
El comandante Joe Carpenter, portavoz del Pentágono, señaló que los problemas que se plantean en los informes no son nuevos y que una docena de revisiones de los métodos utilizados en Guantánamo ha establecido que no existe una política que permita los abusos. No obstante, señaló que entre los detenidos de Guantánamo se incluyen "algunos de los terroristas más salvajes" y que  "la política del Departamento de Defensa es clara. Tratamos a los detenidos de manera humana. EEUU cuenta con centros de detención seguros, humanos y profesionales para los combatientes enemigos que entregan valiosa información en la guerra contra el terrorismo".
 
En octubre del año pasado el presidente de EEUU, George Bush, promulgó una ley que autoriza lo que califica "técnicas agresivas" de interrogatorio sin definirlas claramente. Según Jameel Jaffer, abogado de ACLU, los documentos demuestran que el Congreso debe supervisar de manera más estrecha esas actividades en Guantánamo.

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