L D (EFE) Palacio, en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Senado, recordó que las conversaciones con el Reino Unido "no son de ahora ni de ayer", sino que arrancan en 1984 y se consolidan con el denominado proceso de Bruselas, por lo que insistió en que la voluntad del Gobierno es seguir avanzando "sin prisa pero sin pausa". La ministra admitió que sería un honor para ella, como para cualquier español, participar en la finalización satisfactoria de esos contactos, pero aseguró que ese no es su objetivo, sino ir avanzando y consolidando el proceso en la media en que las circunstancias lo permitan.
Por su parte, el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Ramón de Miguel, ha dicho que a España "no le consta" que haya habido cambios en la posición británica sobre Gibraltar, por lo que el proceso de negociación "sigue abierto", y confió en que la cuestión se resuelva "en un plazo razonable". En comparecencia ante la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, De Miguel rehusó entrar en una "escalada de descalificaciones" a partir de los "exabruptos" del secretario británico para Europa, Denis McShane, que en su opinión "tenían como objetivo aplacar a un frente político" del Gobierno de Tony Blair.
No obstante, De Miguel reconoció que las negociaciones atraviesan un "momento complicado", por lo que consideró "más necesario que nunca" incorporar la dimensión europea al proceso negociador dada la "clara incompatibilidad" de una situación colonial en el contexto de la integración europea.
Por su parte, el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Ramón de Miguel, ha dicho que a España "no le consta" que haya habido cambios en la posición británica sobre Gibraltar, por lo que el proceso de negociación "sigue abierto", y confió en que la cuestión se resuelva "en un plazo razonable". En comparecencia ante la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, De Miguel rehusó entrar en una "escalada de descalificaciones" a partir de los "exabruptos" del secretario británico para Europa, Denis McShane, que en su opinión "tenían como objetivo aplacar a un frente político" del Gobierno de Tony Blair.
No obstante, De Miguel reconoció que las negociaciones atraviesan un "momento complicado", por lo que consideró "más necesario que nunca" incorporar la dimensión europea al proceso negociador dada la "clara incompatibilidad" de una situación colonial en el contexto de la integración europea.