Pues ahora tenía que entrar en acción la justicia divina, ya que la otra es una p.....a m.....a, y que a este "valiente gudari" se le produjera un cáncer y que tras varios años retorciéndose de dolor, entregara su alma al diablo.- Bueno lo del alma es un decir, porque eso es algo que tenemos las personas, no las asquerosas hienas.