Gobierno y PP se limitan a acatar la sentencia del Supremo

Tanto el Gobierno como el Partido Popular han intentado ponerse lo más de perfil posible ante la sentencia condenatoria, que inhabilita al juez Garzón por prevaricación. En público, ningún cargo incluyó ningún matiz más al “máxime respeto” por la decisión adoptada por el Tribunal Constitucional. Lo más que se incluyó es que, con este fallo, queda de manifiesto que “todos somos iguales ante la ley”.

Ahora bien, como dice el refranero, cuando el río suena agua lleva, y el PP parecía el Ebro en pleno periodo de lluvias. Todo cargo del partido tenía un comentario que hacer sobre el magistrado penalizado, y la mayoría eran negativos. El más escuchado, a modo de pastilla para la memoria: “La cacería” con el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, “ya le invalidó públicamente”, defendía un miembro del aparato. La batida se celebró en víspera de las elecciones gallegas y supuso el inicio del caso Gürtel.

Quienes siguieron de cerca la actividad relativa a la política antiterrorista también recuerdan los palos en la rueda de causas como el del chivatazo a ETA, en la que el PP está personado. “Tiene tapadito, muy tapadito el caso”, denunció en su día María Dolores de Cospedal, a micrófono abierto.

La vinculación del juez con el PSOE le valió una soterrada enemistad con las altas esferas del PP. Pero, en defensa de la  Justicia, oficialmente se quiso ser lo más escrupuloso posible. “Frente a las interpretaciones del PSOE, acatamiento del Supremo”, asegura un portavoz autorizado.

De forma similar se ha pronunciado el Ejecutivo, en voz del ministro Alberto Ruiz Gallardón: “El Gobierno, en este, como en todos los casos en los que haya un pronunciamiento del poder judicial, no hará nunca ningún tipo de valoración política”, afirmó. Desde Moncloa se ciñen a este comentario.