Desde las pasadas elecciones generales, el Partido Popular parecía vivir en un letargo en el que ni tan siquiera se reunían sus órganos internos. Esto cambió de raíz esta semana, en la que María Dolores de Cospedal acabó de golpe y porrazo con ese aturdimiento que parecía haber envuelto a Génova y diseñó una intensa hoja de ruta para los próximos meses, con la mirada puesta principalmente en las elecciones gallegas y vascas.
Los comicios en Galicia se antojan decisivos. Para el PP es una prueba de fuego no sólo para Alberto Núñez Feijóo, sino también para el Gobierno, temeroso de un posible desgaste electoral por las reformas emprendidas. De ahí que la número dos vaya a centrar el grueso de los actos de partido, algunos con presencia de Mariano Rajoy, en esta región. La segunda parada será País Vasco, con elecciones también a la vuelta de la esquina.
Para articular la estrategia tanto electoral como doméstica, Cospedal volverá a reunir al Comité de Dirección, que dejó de convocarse tras el veinte de noviembre. Será una cita de maitines especial, ya que en ocasiones se celebrará en Moncloa para que también asista el presidente, como antaño hacía José María Aznar. El resto de ocasiones, lo pilotará la secretaria general en el cuartel general.
Además, habrá una reunión mensual de toda la estructura orgánica del partido -vicesecretarios, coordinadores y secretarios de área y portavoces parlamentarios del Congreso y del Senado-, y que igualmente será presidida por Cospedal. Esta cita ya se mantuvo el pasado lunes, en la que la número dos llamó a una reactivación total del PP, tras las llamadas del propio Rajoy para que el partido se convierta en correa de transmisión del Ejecutivo.
De igual forma, el partido volverá a convocar tanto Interparlamentarias como Intermunicipales; foros que, hasta las generales, se celebraban periódicamente en diferentes ciudades del país y que gustan mucho a los dirigentes populares, ya que les sirve como toma de contacto con la cúpula nacional. Además, se crea el Comité de Gobiernos Locales, que se reunirá en la semana del 23 al 29 de abril, y en los próximos días se anunciarán foros sectoriales en todos los ámbitos como el económico, sanitario, educativo, o de servicios sociales.
Congresos regionales y locales
Por otro lado, y aunque el calendario aún no está completamente cerrado, los populares también se enfrentan a un intenso periodo de congresos autonómicos y locales, que debiera concluir en junio y julio respectivamente. Destacan, por lo obvio, el de la Comunidad de Madrid, que se celebrará el próximo fin de semana, y el de Andalucía, previsto para el propio mes de junio. Por cierto que Javier Arenas, fiel a sus intenciones, ya trabaja de forma intensa en Génova, en calidad de vicesecretario general.
Una agenda "muy intensa y muy profusa", en palabras de Cospedal, consciente de que ahora es ella quien tiene liderar la estructura de la formación, rehuyendo las rencillas internas que surgieron tras el Congreso de Sevilla. "El partido no puede convertirse en un problema adicional", destacan fuentes de la cúpula, que asegura que "trabajan" para evitar los problemas de comunicación surgidos, como cuando Carlos Floriano desautorizó al titular de Economía, Luis de Guindos.
"El PP tiene que ayudar, no estorbar, y en eso estamos. Lo primero que había que hacer es volver a funcionar, y eso lo estamos consiguiendo", arguyó la citada fuente. Cospedal tiene especial interés en que la comunicación sea "muy fluida" con las dos Cámaras de representación, para que el partido también pueda vender las propuestas realizadas por el Grupo Popular.
Como es evidente, Rajoy solo asistirá a determinados actos, para los que ya se está cuadrando la agenda. Galicia, País Vasco y también Cataluña serán, previsiblemente, destinos a los que podría acudir próximamente el presidente. "Toda la maquinaria y la estructura orgánica en marcha", concluyó Cospedal.