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De Juana Chaos, recuperado de la huelga de hambre, declara como testigo en un juicio contra Belén González Peñalva

El sanguinario etarra José Ignacio de Juana Chaos declaró este miércoles como testigo en el que juicio que se celebró en la Audiencia Nacional contra la miembro de ETA Belén González Peñalva, "Carmen", por el asesinato en junio de 1985 en Madrid del coronel del Ejército Vicente Romero González Calatayud, su conductor Juan García Giménez y al agente del Cuerpo Nacional de la Policía Esteban del Amo García. González Peñalva se negó a declarar, al afirmar que no reconocía la legitimidad del tribunal para juzgar a "los luchadores vascos".

El sanguinario etarra José Ignacio de Juana Chaos declaró este miércoles como testigo en el que juicio que se celebró en la Audiencia Nacional contra la miembro de ETA Belén González Peñalva, "Carmen", por el asesinato en junio de 1985 en Madrid del coronel del Ejército Vicente Romero González Calatayud, su conductor Juan García Giménez y al agente del Cuerpo Nacional de la Policía Esteban del Amo García. González Peñalva se negó a declarar, al afirmar que no reconocía la legitimidad del tribunal para juzgar a "los luchadores vascos".
L D (Europa Press) Recuperado de la huelga de hambre que abandonó el pasado 8 de octubre, aunque visiblemente delgado, el integrante del "grupo Madrid" acudió a declarar a la sede judicial y respondió con voz firme y contundente a las preguntas del fiscal Vicente González Mota, que pidió a la Sección Segunda de lo Penal que condene a González Peñalva a 241 años de prisión por estar acreditada su autoría en el asesinato del coronel del Ejército, su chofer y el policía nacional.
  
El fiscal González Mota modificó sus conclusiones provisionales, al retirar un delito de estragos terroristas que había pedido inicialmente, puesto que el decreto de extradición concedido por las autoridades franceses no incluía este delito para que fuese juzgada en España, y elevar la fianza de 90.151 euros a 240.000 euros que pedía para los familiares de los fallecidos.
  
El representante del Ministerio Fiscal pidió a la Sala que condene a la etarra por un delito de atentado con resultado de muerte, dos de asesinato y siete en grado de frustración, al considerar que hay "abundante" prueba de cargo contra ella, especialmente después de que ésta declarase que "no reconocía el tribunal porque ella es luchadora vasca". Igualmente, el fiscal se refirió a las declaraciones "inculpatorias" ofrecidas por De Juana y el etarra arrepentido Juan Manuel Soares Gambo.
  
De Juana Chaos compareció ante el tribunal dos días antes de que sea juzgado por este tribunal por integración en ETA y por seis delitos de amenazas terroristas vertidos en artículos que el preso etarra publicó en el Diario "Gara" en 2004. La Fiscalía solicita por estos hechos 96 años de cárcel, si bien se plantea rebajar sustancialmente su petición de pena durante la vista oral.
 
"Cumplí mi parte"
  
Al inicio de su interrogatorio, el etarra aseguró a preguntas del fiscal que en el momento en que se produjo el atentado, en 1985, era miembro de ETA e integraba el "grupo Madrid", aunque no especificó sus miembros porque "no había gente fija y mucha gente pasó por Madrid". De González Peñalva, De Juana dijo que la conocía por el colectivo de presos de ETA y por la prensa al haber sido la "interlocutora del señor Aznar" durante las conversaciones con la banda terrorista en 1999 en Suiza.  
  
"Yo participé en algunas acciones del comando", manifestó De Juana, al tiempo de señalar que, junto a él, también participó el etarra arrepentido Soares Gamboa. De Juana negó en todo momento haber disparado contra el coronel del Ejército Romero González y su conductor y sostuvo que se limitó a esperar a los etarras en su coche para recogerlos tras el atentado.
  
"Yo conducía el coche. Tenía que estar en un sitio a una hora y realizar una acción. Cumplí mi parte", dijo el etarra, quien añadió que, además, tenía que dejar el coche estacionado en un parking. El etarra insistió que no recordaba quiénes se encontraban junto a él, ya que, según dijo, "se viven momentos de tensión y no te fijas en determinados detalles". "No ves caras, sólo ves lo que tienes que hacer para salir de allí", indicó.
  
Preguntado sobre si fabricó el artefacto explosivo que contenía el vehículo, De Juana sólo indicó que sabía que había explosivos en el coche, pero señaló que no sabía dónde. Sobre si recibió cursillos de fabricación de explosivos, el etarra afirmó que fue "entrenado" por "el Ejercito español y la Ertzaintza", aludiendo así a la realización del servicio militar y a su antigua pertenencia la Policía autonónoma Vasca.
 
Versión contradictoria
  
La declaración de De Juana se contradijo con la que ofreció el etarra arrepentido Soares Gamboa, que sostuvo que De Juana "efectuó los disparos" y "Carmen" cubrió el atentado, es decir, "vigilaba los alrededores para evitar cualquier problema". "Yo llevaba el coche y De Juana y Belén esperaban en la acera al coronel. Una vez bajó, De Juana disparó contra él y su conductor", relató. Además, contó que un día antes se había intentado llevar a cabo el asesinato pero uno de los integrantes del "grupo Madrid" llegó tarde.
  
Soares Gamboa aseguró que De Juana fabricó el explosivo que se colocó en el interior del coche y que González Peñalva le ayudó a colocarlo bajo el asiento trasero del vehículo porque "no disponía de conocimientos de fabricación de explosivos", según dijo. Añadió que dejó el coche en el parking del Corte Inglés ubicado en la calle Goya, con las puertas abiertas y cinco balas en la parte trasera para llamar la atención.
  
En su testifical, la etarra Inés del Río Prada insistió en que no participó en el atentado, ya que formaba parte de la infraestructura del "grupo Madrid". "Yo era parte de la infraestructura y como tal fui juzgada y condenada. Me limitaba a alquilar casas y mantenerlas", sostuvo. La etarra negó a preguntas del tribunal que realizase seguimientos al coronel del Ejército para posteriormente proporcionar a sus compañeros la información de su víctima.
  
En el juicio, que contó con la presencia de la viuda e hijo de García Giménez, así como representantes de la Comisión de Justicia del Parlamento belga, declararon como testigos varios miembros del Cuerpo Nacional de la Policía que acudieron al lugar de la explosión para acordonar la zona. Entre ellos, testificó el compañero del agente fallecido que explicó emocionado que su compañero le dijo que esperase separado del coche porque él se acercaría al vehículo.

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