La semana pasada en la reunión de la Comisión de la Ejecutiva de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), todos los alcaldes presentes por unanimidad criticaron las leyes municipales presentadas por José Antonio Griñán y su consejero Pizarro.
El escándalo de división interna fue combatido por el PSOE andaluz diciendo que el PP mentía y que los alcaldes apoyaban las leyes de la Junta. Al día siguiente, los mismos alcaldes socialistas que votaron contra las leyes aprobaron un comunicado defendiéndolas.
Pero el acta de la reunión deja por fin las cosas en su sitio. Los alcaldes criticaron las leyes de la Junta con dureza, el PP dijo la verdad como el presidente de la FAMP y socialista, Quico Toscano, y, como ya es costumbre en esta Andalucía arregimentada, ni Griñán ni Pizarro dijeron la verdad. De la vergonzosa actitud de los alcaldes socialistas presentes en aquella reunión, decir y desdecirse en un día, mejor ni hablar.
La crisis del PSOE y el acta de la FAMP
Una de las cosas que revela el acta de la FAMP es el miedo incontenible que tienen los alcaldes del PSOE a su dirección regional.
Este es el documento que pone a cada uno en su sitio:
Tras firmar este documento que dice textualmente que las leyes no recogen demandas fundamentales planteadas por el municipalismo andaluz por lo que mostramos nuestra insatisfacción con los textos aprobados", se desdijeron aprobando un comunicado que, según El País, apoyaba en su "totalidad el contenido y los objetivos" de las llamadas leyes locales que regula la autonomía local de Andalucía y de participación en los tributos de la comunidad.
El comunicado fue suscrito por 15 de los 16 representantes del PSOE en la FAMP, salvo por su presidente y alcalde socialista de Dos Hermanas, Francisco Toscano que mostró con claridad su rechazo al contenido de las dos normas, que se encuentran en tramitación parlamentaria, por considerarlas claramente insuficientes. "Estoy sorprendido. El partido está en su derecho, pero en mi responsabilidad de presidente de la FAMP no lo suscribo y me atengo a lo que ayer se aprobó", dijo Toscano. Si hay miedo, no hay democracia.
La crisis del socialismo andaluz se abre aún más por este caso. El PP ha aprovechado el momento para señalar que el PSOE está más preocupado por dar una imagen de unidad interna que por afrontar los problemas reales de Andalucía, uno de ellos y no el más leve, el de las finanzas municipales y la situación general de los Ayuntamientos, muchos de ellos en la ruina. Tanto el PP como IU exigieron la entrega del acta y del vídeo de la reunión y ahora, cuando se conoce el contenido del acta que deberá ser aprobada este jueves, deberán pronunciarse al respecto.
Hay que recordar que el presidente de la FAMP, Francisco Toscano, se sintió avergonzado y desautorizado por sus compañeros socialistas cuando estos negaron haber hecho lo que según Toscano y el acta hicieron: oponerse a las leyes municipales propuestas por el gobierno Griñán.
Dado que Toscano, en su calidad de presidente, tuvo que dar cuenta del contenido de la reunión de la Comisión Ejecutiva celebrada la semana pasada y que en dicha comparecencia certificó la oposición unánime de los alcaldes presentes a tales leyes, la negativa posterior de los alcaldes socialistas lo dejó absolutamente fuera de juego. Ahora se comprueba cómo los alcaldes dijeron una cosa y luego la contraria, presionados por Griñán Y Pizarro.
Naturalmente, Quico Toscano, presidente de la FAMP, ya no debe dimitir. Los que deben dimitir son todos los alcaldes socialistas que han dado uno de los más espectáculos más vistosos de inconsecuencia lógica, sumisión política y ridículo moral que se recuerdan.