No es cuestión de decirlo muchas veces, pero me parece increible que nos presida este personaje denominado ZP. Es tan arrogante y vanidoso, pues se le permite, que hasta se atreve a hacer un debate sobre el estado de la nacíón cuando esta destruyendo el Estado Español. Es tan frívolo, y nadie se lo dice, que ha destruido las Confederaciones hidrográficas y las Autonomias se están quedado con el agua; es tran frivolo que ha puesto a la gente a pelear por el agua; es tan frivolo que ha puesto a pelear a todos contra todos por las subevenciones, por la financiación; es tan frivolo que ha abierto el melón de las redifiniciones de los Estatutos y ha converito esta Estado en algo residual y los ciudadanos ya no somos iguales y dependen de sus intereses para generar las malditas mayorías, en las que siempre dominan los nacionalistas; es tan frivolo que ha puesto a pelear a la gente con temas de la moral, la religión; es tan frivolo que ha destruido, la edfucación y encima nos dice que es la mejor del mundo; casi todo y acercando la justicia al ciudadano lo que ha conseguido es la politización de sus dirigentes. Pero mientras esto sucede, el país es condenado por la urbanización que se ha realizado por esta gente que autonomina de izquierdas cuando la izquierda, como referente ideológico, no existe, pero se le consiente que hable, este impresentable, de giro a la izquierda cuando cambia de gobierno y pone a toda su ejecutiva a gobernar para hacer más patente el sectarismo con el que gobierna. Pero la culpa no es de este pesonajes, sino de este partido que está permitiendo todo esto y de la oposición que, acomplejada, sigue sin hacer una verdadera oposición y copia sus desmanes, como ha sucedido con el Estaturo de Valencia. En fin, que hace falta desenmascarar a una cultureta reconvertida en espectáculo mediatico y puro mercantilismo a cargo de artistas, escritores y peridistas vendidos al poder, subvencionados que permiten todo tipo de arbitrariedades que nos está sumiendo en la mediocridad en nombre de este izquierdimos de cara dura cuando su maestro de ceremonia suplica un lugar en donde se quiere refundar el mercantilismo. No es que hay muchas cosas que hacer es que hay que deshacer casi todo lo que se ha hecho en nombre del progreso, la felicidad y el bienestar cuando la gente vive en la crisis en el desconcierto y en el temor. Ver para cree pues, con todo esto, sigue contando con ferviertes seguidores, no de los subvencionados, sino de las jerarquías sociales y de los pensadores de la Universidad, que destruida como institución, se centra en vivir lo mejor que se pueda con todo tipoi de arbitrariedades, endogamía y en donde predomina el voto frente la capacidad, el mérito y conocimiento. Saludos.