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El PSE acata la orden de Ferraz pero reduce al mínimo su apoyo a Rabanera en Álava

Los socialistas alaveses rechazaron la oferta de PP para formar gobierno en la Diputación alavesa y estaban dispuestos a dejar que el PNV asumiera el control pese a que la suma de votos de socialistas y populares les daba mayoría absoluta. Zapatero tuvo que intervenir para que Rojo diera marcha atrás y facilitase la investidura de Rabanera. Como muestra de la pataleta, el apoyo a Rabanera ha tenido que esperar a la segunda vuelta.

L D Ramón Rabanera fue investido como diputado general de Álava, tras alcanzar 24 votos en la segunda vuelta gracias al apoyo de ocho de los nueve junteros socialistas. Rabanera obtuvo la mayoría simple exigida en este caso, después de que en la primera vuelta apenas alcanzara 16 votos, por detrás del candidato de la coalición PNV/EA, Álvaro Iturritxa, que obtuvo 19.

El PSE votó en blanco en esta primera vuelta, y el voto de Unidad Alavesa se registró como nulo al escribir su juntero en la papeleta correspondiente el nombre de José María Aznar.

La Diputación de Álava podría haber sido escenario de un nuevo frente en la crisis del PSOE, tras la desobediencia consentida de los socialistas navarros y sus coaliciones con los nacionalistas e independentistas, y después de que quedaran en evidencia la luchas internas en la FSM. En este caso, los socialistas alaveses recondujeron sus posturas iniciales. Pero no lo hicieron hasta que Zapatero, públicamente, dictó las directrices que debían adoptar.

Las conversaciones entre los candidatos popular y socialista a la Diputación alavesa no dieron sus frutos. Ramón Rabanera se encontró con la oposición frontal de Javier Rojo a cualquier pacto de gobierno. El socialista exigía la presidencia de la Diputación y no dudó en amenazar con negar su voto a los populares si no accedía a este puesto. La situación se tensó hasta el punto de que el PSE dio por hecho que finalmente serían PNV-EA e Izquierda Unida los que asumieran el control de la Diputación.

Ante la actitud de Rojo, el secretario general del partido tuvo que intervenir para aclarar que los socialistas alaveses no entregarían en control de Álava a los nacionalistas. Rojo acató la directriz pero quiso dejar claro su malestar. Por este motivo su partido se va a limitar a dar los votos necesarios al PP para que Rabanera consiga ser investido. No solo no hay acuerdo para conformar un gobierno no nacionalista con mayoría absoluta sino que el PSE ha anunciado que realizará una labor de oposición tenaz. Su única colaboración se va a encuadrar en el acto de investidura.

En las Juntas alavesas, la coalición PNV-EA obtuvo 19 junteros en las últimas elecciones, el PP 16, el PSE 12, IU tres y UA uno.

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