El Tribunal Supremo ratifica que la primera condena que la Audiencia Nacional impuso por primera vez a un general del Ejército en toda su historia. Se trata del general retirado Vicente Carlos Navarro y dos de sus subordinados por su responsabilidad en el accidente del Yak-42 donde murieron 62 militares en el año 2003.
La Sala de lo Penal del Alto Tribunal se ha reunido este miércoles a puerta cerrada para deliberar sobre el asunto, concluyendo que desestima todos los recursos de casación presentados tanto por los familiares de las víctimas como por los condenados. La sentencia se hará pública en los próximos días. Los magistrados que avalan el fallo son Juan Saavedra, Andrés Martínez Arrieta (que actuará de ponente), Julián Sánchez Melgar, José Ramón Berdugo, y Andrés Ibáñez.
El pasado 19 de mayo de 2009, la Audiencia nacional condenó a tres años de prisión y al pago de una multa de 1.800 euros al principal acusado de la tragedia acontecida el 26 de mayo de 2003, el general Vicente Navarro. Además, el tribunal le impuso a Navarro el pago de una indemnización de 10.000 euros para cada una de las familias en concepto de responsabilidad civil.
Junto al general Navarro, fueron condenados a un año y medio de cárcel el comandante José Ramírez y al capitán Miguel Sáez por ser “cómplices” en las identificaciones “aleatorias” de treinta de los cuerpos. Asimismo, la Audiencia impuso una pena de dos años de inhabilitación a Navarro, mientras que los otros dos acusados que fueron inhabilitados durante un año y deberán abonar una multa de 900 euros cada uno. Ahora, el Supremo confirma por unanimidad esta condena.
El general de División del Cuerpo Militar de Sanidad Vicente Carlos Navarro se encuentra en la reserva desde junio de 2004 y fue el oficial médico de más alto rango que formó parte de la comisión técnica que envió el Ministerio de Defensa a Turquía para realizar las identificaciones de los fallecidos. Erró en 30 de las 62 identidades.
El juicio contó con la declaración de una veintena de testigos. Durante las sesiones, Navarro admitió que pudieron "bailarle" nombres y números en la relación de cadáveres que elaboró tras la catástrofe, aunque atribuyó los posibles "errores" a las autoridades turcas. Ramírez y Sáez, por su parte, se limitaron a señalar que siguieron las órdenes de su superior y que nunca dudaron del procedimiento que estaban llevando a cabo.
Según han señalado fuentes del Alto Tribunal, la sentencia que se redactará en los próximos días no contará con ningún voto particular.