Por un lado me alegro. A este paso, no tardando mucho todos seremos británicos y nos libraremos del zETA que nos desgobierna.
No hay problema, seguro que algunos españoles afines al poder algo sacan del proyecto. No pueden ser tan tontos como para perdérselo.
Lo primero que tienen que hacer las autoridades españolas es prohibir el envío de la arena española con que nos están robando terreno. Y a continuación, las patrulleras de la Guardia Civil en el espacio marítimo que nos quieren robar.
Pero qué vergüenza, como es que los británicos devuelven un Hong Kong de millones de habitantes a una dictadura comunista sin rechistar, y aquí seguimos soportando afrenta tras afrenta de este anacronismo, en una tierra que tiene una gran importancia simbólica para España... desde luego, deberíamos poner una base en Canterbury o en Cornualles.
Habría que prohibir que empresarios españoles hagan negocio en Gibraltar, ¡llevar tierra española para expandir Gibraltar! Qué ignominia. Peor que los llanitos son los españoles que ven con tan buenos ojos que Gibraltar permanezca bajo soberanía inglesa, los españoles que van allí a trabajar (lo siento, uno tiene derecho a buscarse la vida donde sea, pero eso es colaboracionismo), los españoles que van allí de turismo y se gastan allí dinero y hacen sus compras, colaboran con la economía gibraltareña,... Tener que leer un blog aquí en Libertad Digital -el de Alaska- diciendo que no podían desaprovechar la ocasión de pisar suelo inglés yendo a visitar Gibraltar y lo bien que se lo pasaron allí con los monos y demás...