L D (Europa Press) Según la carta del Foro de Ermua, la AVT incumplió todos los acuerdos alcanzados con Foro de Ermua, cuyos representantes fueron expulsados de la cabecera de la marcha con “modales violentos”. La carta está fechada en Vitoria el pasado 7 de julio por el presidente del Foro, Mikel Buesa, y el secretario, Gustavo Jaso, y tiene como destinatario a Francisco José Alcaraz y al resto de los miembros de la actual Junta Directiva.
El objeto de la carta es conseguir una reunión con la dirección de la AVT en la que se reconozcan estos hechos y se establezcan las condiciones de participación del Foro de Ermua en futuras movilizaciones convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Los sucesos que se mencionan en la carta provocaron una reunión de la Junta Directiva del Foro de Ermua unos días después del 4 de junio, en la que se acordó que cuatro representantes de esta plataforma ciudadana se reunieran con la Junta Directiva de la AVT para analizar lo ocurrido en la marcha y el "incumplimiento" de los acuerdos alcanzados en la sede de la AVT.
Foro de Ermua pretendía que entre los asistentes a la reunión de la AVT estuviera Alcaraz y Ana Carro, en calidad de responsable de la organización de la marcha, por lo que un miembro del Foro, Inma Castilla de Cortázar, “después de dejar un tiempo prudencial y con todo el empeño en que no trascendiera”, intentó reiteradamente fijar una cita sin éxito. Sin embargo, añade la carta, hasta unos días antes de su envío no fue posible una contestación, en la que Alcaraz dijo que a la reunión sólo acudiría él por encontrarse el resto de miembros de la Junta de vacaciones.
En la misiva, los responsables del Foro de Ermua ponen de plazo hasta mediados de septiembre para que se celebre la reunión. En caso contrario o si durante la misma Alcaraz y su Junta no reconocen lo ocurrido y no se fijan las condiciones para celebrar manifestaciones conjuntas, Foro de Ermua entenderá que la dirección de AVT “mantiene la decisión de vetar” su presencia en futuras concentraciones del mismo modo que el 4 de junio “ordenó” su expulsión de la cabecera de la marcha, algo que se ejecutó “de manera tan lamentable”.