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Las revelaciones del confidente Cartagena desmienten lo declarado por Rayón en la comisión del 11-M

Mariano Rayón, siendo jefe de la Unidad Central de Información Exterior, recibió doce 'notas reservadas' en las que el confidente "Cartagena" le alertaba sobre los planes de "El Tunecino", empeñado "en hacer la yihad en España". Rayón, destinado ahora en la embaja de Roma, negó este hecho durante su comparencia en la comisión del 11-M. Rayón, que pidió al juez Garzón autorización para grabar a los islamistas, vinculó en la comisión los "atrasos" a la hora de traducir las grabaciones con el "Poder Judicial".

Mariano Rayón, siendo jefe de la Unidad Central de Información Exterior, recibió doce 'notas reservadas' en las que el confidente "Cartagena" le alertaba sobre los planes de "El Tunecino", empeñado "en hacer la yihad en España". Rayón, destinado ahora en la embaja de Roma, negó este hecho durante su comparencia en la comisión del 11-M. Rayón, que pidió al juez Garzón autorización para grabar a los islamistas, vinculó en la comisión los "atrasos" a la hora de traducir las grabaciones con el "Poder Judicial".
(LIbertad Digital) En octubre de 2002, Abdelkader el Farssaoui, imán de la mezquita madrileña de Villaverde, comenzó a trabajar como confidente para la Unidad Central de Información Exterior (UCIE). Lo hizo hasta febrero de 2004, un mes antes de la matanza de Madrid. Cobraba sólo 300 euros al mes, aunque también colaboraba con el Centro Nacional de Inteligencia y los servicios secretos de Marruecos. En España las fuerzas de seguridad le identificaron con el alias de "Cartagena".
 
Lo cierto es que la infiltración de "Cartagena" fue de los más fructífera. El diario El Mundo ha tenido acceso a doce 'notas reservadas' remitidas al jefe de la UCIE, Mariano Rayón, en la que le advierte del peligro de un grupo de radicales que formaban Rabei Osman –"El Egipcio", detenido en Italia por el 11-M–; Serhane ben Abdelmajid Fakhet –"El Tunecino", que murió en la explosión del piso de Leganés–; Mohamed Larbi ben Sellam –huido a Marruecos–, y Mustapha Maimouni –cuñado de "El Tunecino" y que está detenido en Marruecos por los atentados de Casablanca. El imán alertó a la policía de los planes de estos islamistas que estaban empeñados en "hacer la yihad en países como Marruecos y España".
 
"Cartagena" puso a disposición de la UCIE que dirigía Rayón –destinado tras el 11-M a la embajada de Roma– los números de móvil (653.263... y 646.095...) de los autores del 11-M, el vehículo que utilizaban (volkswagen matrícula M-0025-WP) y toda una serie de datos relevantes sobre estos terroristas. Además, la policía le pide que se introduzca en el entorno de un locutorio de Lavapiés y él identifica al cabecilla Jamal Zougam.
 
Con toda esta información, Rayón solicita al juez Baltasar Garzón la intervención de los teléfonos de los islamistas. Sin embargo, el magistrado no es hasta octubre de 2004 –siete meses después de la masacre de Madrid– cuando recoge en el sumario de la Operación Nova las revelaciones de "Cartagena", que sólo a partir de entonces adquiere la condición de testigo protegido.
 
¿Qué dijo Rayón en la comisión del 11-M?
 
Tras la investigación de Antonio Rubio para El Mundo, Libertad Digital ha revisado lo que dijo Rayón en su comparecencia del 11-M. Curiosamente, sin que ningún diputado sospechara entonces lo que ahora sabemos, el jefe de la UCIE negó entonces en sede parlamentaria que su servicio tuviera información de las personas a las que tenían pinchado el teléfono "que indicara que estaban implicados en la ejecución de algún acto preparatorio para llevar a cabo cualquier tipo de delito". Sobre la traducción de las cintas, desvió las responsabilidades hacia Garzón.
 
En su comparecencia en la comisión de investigación del 11-M, Mariano Rayón, como jefe de la Unidad Central de Información Exterior, fue preguntado por esta cuestión por el diputado de CiU, Jordi Jané: "¿Hay algún supuesto que usted quiera destacarnos –estamos en el Parlamento y usted debería tener incluso la obligación de destacarlo si lo cree así– en el que no se actuó de la forma debida siguiendo a un determinado sospechoso dentro de toda la trama de personas relacionadas con los atentados?"
 
RAYÓN: "No, que yo sepa, pero puedo hablar únicamente por mi unidad".
 
Después le tocó el turno de preguntas al diputado Emilio Olabarría (PNV): "Una última pregunta y si no me puede contestar, no me la conteste, lo comprendería perfectamente. De los detenidos como autores o colaboradores, ¿cuántos estaban siendo objeto de vigilancia y seguimiento?"
 
RAYÓN: "Como colaboradores, por parte nuestra, ninguno. Como presunto autor de los atentados, teníamos –perdone que chequee– intervenidos el teléfono de uno de los individuos que puede haber participado en la comisión de los atentados. Aprovecho la ocasión para decirle que no había ningún dato concreto objetivo absoluto que pudiera permitirnos a nosotros o a las autoridades judiciales que han estado tutelando las intervenciones que indicara que estaban implicados en la ejecución de algún acto preparatorio para llevar a cabo cualquier tipo de delito, absolutamente nada, porque es una gente que ha aprendido mucho y entonces utilizaban muchos teléfonos y cada vez más hacen las comunicaciones en sitios abiertos, generalmente boca a boca".
 
El comisionado socialista Juan Luis Rascón, también preguntó al jefe policial por "los problemas para la traducción de determinadas cintas que se iban almacenando en el servicio".
 
RAYÓN defendió la actuación de su unidad y relacionó los problemas, aunque sin citarlo, con el juez Garzón: "Generalmente el procedimiento es el siguiente. Muchas cintas se escuchan en caliente. A continuación los traductores hacen otra escucha para ver si se deduce que existe algún peligro o algo realmente de interés en el contenido de la cinta y el traductor habla directamente con el inspector encargado del caso. (...) Lo que sí ha estado algo más atrasado en ocasiones ha sido la transcripción de las cintas que después se envían al Poder Judicial".

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