Maragall presenta a CiU una propuesta de financiación que incluye la cesión de todos los tributos estatales

L D (EFE) Según esta propuesta, que los socialistas catalanes han publicado a través de la página web de su portavoz, Miquel Iceta, y que consta de diez puntos, "todos los tributos estatales recaudados en Cataluña tiene la condición de cedidos" y la agencia tributaria catalana se encargaría de "la gestión, recaudación, liquidación e inspección de todos los impuestos soportados en Cataluña".

En uno de los puntos clave, la propuesta del presidente catalán asegura que la Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales será el "órgano bilateral de relación entre el Estado y la Generalitat", que "determinará las aportaciones al Estado a la solidaridad" y "definirá los mecanismos de colaboración".

Una "maniobra" en forma de "papelucho"

CiU ha expresado su "rotundo rechazo" a la última propuesta del PSC sobre financiación, que ha tachado de "papelucho" y la ha considerado una simple "maniobra" socialista para "romper el acuerdo" entre el presidente catalán, Pasqual Maragall, y el presidente de CiU, Artur Mas, en torno a este asunto.

Mas se reunió en la tarde de este domingo con el portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, y los tres dirigentes de la federación nacionalista encargados de negociar con el tripartito la financiación (Quico Homs, Antoni Fernández Teixidó y Daniel Ortiz), para valorar la propuesta socialista.

En esta reunión, a la que ha seguido otra de la permanente de Convergencia, los dirigentes nacionalistas han coincidido en expresar su "rotundo rechazo" a la última oferta del PSC en financiación. Según fuentes convergentes, la propuesta socialista "no garantiza que Cataluña pueda administrar sus impuestos" y queda "muy lejos de un modelo inspirado en el concierto económico solidario" como el que plantea CiU. "Sobre la base de este papelucho no puede haber acuerdo".

La federación nacionalista interpreta este movimiento de los socialistas como una "maniobra" para echar a perder el "acuerdo" entre Mas y Maragall, al que ve "muy presionado" por su propio partido.