Estamos ante un delito de lesa patria perpetrado por unos cuantos funcionarios que cobran de las arcas estatales, con el francmasón Montilla a la cabeza, cuya mujer Ana Hernández Bonancia, acumula la friolera de quince cargos en empresas públicas y privadas. Los españoles tenemos que rebelarnos, antes o después, contra la actual dictadura institucionalizada de los dos partidos políticos, en cuyo lodazal se nutren miles de paniaguados.