L D (EFE) El presidente del Congreso, Manuel Marín, tuvo que recordar a ambos líderes políticos que es él quien ordena los debates en la Cámara y llegó a amenazar a un diputado del PP con hacerle objeto de la primera amonestación formal de la legislatura.
El primer toque de atención se lo dio Marín a Zaplana cuando éste se explayaba en echar en cara al PSOE los crímenes de los GAL que se cometieron durante el gobierno de Felipe González, y arreciaba el griterío por todo el hemiciclo. El presidente le pidió que fuera concluyendo porque ya había sobrepasado en seis minutos su tiempo de intervención, y como Zaplana le replicara que el PP siempre ha cumplido los acuerdos de la Junta de Portavoces, Marín acabó por espetarle muy enfadado: "¡es el presidente el que dirige los debates, no usted!".
Mientras tanto, la decena de familiares de los militares muertos en Turquía asistía con seriedad y en silencio a la bronca parlamentaria desde la tribuna de invitados, y sólo se vio algún aspaviento cuando el portavoz del PP acusó a Bono de haber utilizado su dolor con intenciones políticas. Tampoco se unió en ningún momento al alboroto el ex ministro de Defensa Federico Trillo, que sólo se movió para examinar documentos cuando su sucesor acusó al general José Antonio Beltrán de haber firmado informes falsos sobre las pruebas de ADN.
Una vez que Zaplana concluyó su primera intervención, con una gran ovación de los diputados del PP, comenzó un diálogo entre Marín y Bono que arrancó las únicas risas que se oyeron en el hemiciclo durante el debate del Yakolev. Así, Bono preguntó si correspondía al Gobierno o a la oposición cerrar el debate, a lo que contestó Marín que es el Ejecutivo quien pone punto final, pero en el momento que lo decide la Presidencia del Congreso, que puede conceder una réplica si observa elementos de contradicción.
El ministro de Defensa reconoció que no comprendía, y Marín volvió a explicárselo, pero Bono subió a la tribuna e inició su discurso diciendo: "agradezco que me dé la palabra, pero no le entiendo".
Además, se sucedieron las advertencias de Marín a los diputados más ruidosos, los del PSOE cuando se habló de los GAL –aunque algún ministro socialista no levantó la cabeza del periódico mientras se tocaba el tema–, y los del PP en distintos momentos del discurso de Bono. Al ministro le gritaron desde la bancada del PP, entre otras cosas, que se ponga "otra medalla", y Bono, que llegó a mostrar su sorpresa por la falta de educación de algunos parlamentarios, replicó: "Ni Franco me calló ni me van a callar ustedes".
Los portavoces de CiU, Josep Maldonado, y del CHA, José Antonio Labordeta, pidieron disculpas en sus respectivos turnos de palabra a los familiares presentes por el "circo" al que asistieron.
El primer toque de atención se lo dio Marín a Zaplana cuando éste se explayaba en echar en cara al PSOE los crímenes de los GAL que se cometieron durante el gobierno de Felipe González, y arreciaba el griterío por todo el hemiciclo. El presidente le pidió que fuera concluyendo porque ya había sobrepasado en seis minutos su tiempo de intervención, y como Zaplana le replicara que el PP siempre ha cumplido los acuerdos de la Junta de Portavoces, Marín acabó por espetarle muy enfadado: "¡es el presidente el que dirige los debates, no usted!".
Mientras tanto, la decena de familiares de los militares muertos en Turquía asistía con seriedad y en silencio a la bronca parlamentaria desde la tribuna de invitados, y sólo se vio algún aspaviento cuando el portavoz del PP acusó a Bono de haber utilizado su dolor con intenciones políticas. Tampoco se unió en ningún momento al alboroto el ex ministro de Defensa Federico Trillo, que sólo se movió para examinar documentos cuando su sucesor acusó al general José Antonio Beltrán de haber firmado informes falsos sobre las pruebas de ADN.
Una vez que Zaplana concluyó su primera intervención, con una gran ovación de los diputados del PP, comenzó un diálogo entre Marín y Bono que arrancó las únicas risas que se oyeron en el hemiciclo durante el debate del Yakolev. Así, Bono preguntó si correspondía al Gobierno o a la oposición cerrar el debate, a lo que contestó Marín que es el Ejecutivo quien pone punto final, pero en el momento que lo decide la Presidencia del Congreso, que puede conceder una réplica si observa elementos de contradicción.
El ministro de Defensa reconoció que no comprendía, y Marín volvió a explicárselo, pero Bono subió a la tribuna e inició su discurso diciendo: "agradezco que me dé la palabra, pero no le entiendo".
Además, se sucedieron las advertencias de Marín a los diputados más ruidosos, los del PSOE cuando se habló de los GAL –aunque algún ministro socialista no levantó la cabeza del periódico mientras se tocaba el tema–, y los del PP en distintos momentos del discurso de Bono. Al ministro le gritaron desde la bancada del PP, entre otras cosas, que se ponga "otra medalla", y Bono, que llegó a mostrar su sorpresa por la falta de educación de algunos parlamentarios, replicó: "Ni Franco me calló ni me van a callar ustedes".
Los portavoces de CiU, Josep Maldonado, y del CHA, José Antonio Labordeta, pidieron disculpas en sus respectivos turnos de palabra a los familiares presentes por el "circo" al que asistieron.