L D (Agencias) En una rueda de prensa este miércoles en el Congreso, Rajoy dijo que es "absolutamente sorprendente" y "no es normal" que el presidente de la institución a la que el Gobierno ha consultado sobre la modificación de la Constitución opine sobre este asunto antes de que el Consejo de Estado se haya pronunciado al respecto.
Rajoy preguntó a Rubio Llorente: "¿Qué pretende? ¿Que la Constitución diga que el País Vasco abarca territorios en Francia? ¿Que Cataluña se extiende por tres Comunidades Autónomas?", e insistió en que "todo esto es disparatado, casi cómico, y para esto no van a contar con nosotros".
Para el presidente del PP este tipo de "disquisición" pone de manifiesto que, ante un proceso de reforma constitucional como el planteado, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "tiene la obligación clarísima de decir qué quiere hacer con el país" y no pretender "pasarle la pelota" al Consejo de Estado.
Insistió en que el PP no llevaba en su programa electoral la reforma de la Constitución y los estatutos por no considerarlo una prioridad y dejó claro que, a su juicio, es innecesario cambiar el texto constitucional para que recoja los nombres de las comunidades autónomas o la Constitución europea. También reprochó al Gobierno que no haya concretado cómo quiere reformar el Senado y añadió que será Zapatero quien tenga que valorar si es adecuado disolver las Cortes y convocar elecciones y un referéndum para incluir la igualdad de sexos en la sucesión a la Corona.
En cualquier caso, reiteró su disposición a dialogar con el Gobierno sobre estos asuntos, siempre que el Ejecutivo defina claramente sus objetivos, porque es partidario de que todos los temas relacionados con el modelo de Estado se solucionen mediante "grandes acuerdos" entre los dos principales partidos, como viene ocurriendo desde 1977.
Es un "disparate colosal" no contar con el PP para la reformar los Estatutos
Así, señaló que "no es aceptable" que se cuente con el PP para introducir cambios en la Carta Magna, para lo que, recordó, "no queda más remedio", y que al mismo tiempo no se le consulte acerca de reformas estatutarias, máxima cuando algunas de ellas pretenden ir "más allá" de la Constitución. Aunque admitió que Zapatero tiene razón al afirmar que los votos del PP no son necesarios para cambiar los estatutos, avisó de que es un "disparate colosal" excluirlos.
Rajoy reiteró que la oferta que hizo a Zapatero para llegar a acuerdos entorno a estos aspectos es "la más generosa que se ha hecho en muchos años en España", pero que es el presidente el que tiene que decidir si pacta con el PP. No obstante le advirtió de que será "su problema" si apuesta por acordar "con otros cosas distintas".
Por último, explicó que no está de acuerdo con la intención de Zapatero de aprobar las reformas estatutarias que se acuerden en los parlamentos autonómicos que no superen los límites de la Constitución, pues avisó de esos cambios pueden suponer, por ejemplo, el traspaso de competencias que aún siendo constitucionales se encontrarían con la oposición de los 'populares'.