No es la primera vez que Rubalcaba insinúa que está pensando en dejar la política. En marzo de 2008 ya dijo que después del resultado de las elecciones generales se pensaría su futuro político porque "es clarísimo que uno tiene que pensar lo que quiere hacer en su vida".
Dejaba de esta manera la puerta abierta a una posible retirada de la primera línea de la vida política."Tengo unos días para pensarlo y lo tengo que hacer". Y añadió: "Ya tengo muchos años, muchas campañas electorales, muchos trienios, y tengo que pensarlo", señaló entonces Rubalcaba.
Más de dos años después no sólo no ha dejado la política sino que ahora, además de ministro del Interior, es también vicepresidente primero y portavoz del Gobierno.
Pero Alfredo Pérez Rubalcaba no ha sido el único político que ha amagado varias veces con dejar de serlo. José Bono y Alberto Ruiz Gallarzón también destacan por realizar este tipo de declaraciones que se quedan en nada, sobre todo el segundo.
El actual presidente del Congreso sí cumplió con su anunciada retirada de la primera línea de la política. En abril 2006, Bono informaba que "después de casi 40 años", abandonoba "la actividad política" para dedicarse "a la familia". En ese momento era ministro de Defensa. Su retirada fue más bien algo anecdótico en su curriculum puesto que duró tan sólo dos años. Volvió en abril de 2008 cuando Zapatero le nombró presidente de la Cámara Baja.
Pero el que se lleva la palma en este tipo de insinuaciones es el alcalde de Madrid. Y éstas suelen ser consecuencia de sus pataletas. En 2004, cuando Esperanza Aguirre barrió a su mano derecha, Manuel Cobo, candidato propuesto y apoyado por Ruiz-Gallardón en la votación por llegar a ser la presidente del Partido Popular de Madrid en sustitución de Pío García-Escudero, ya se planteó esa posibilidad.
En 2008 por motivos estrictamente personales: Rajoy decidió no incluirle en las listas electorales. Finalmente dejó en una "reflexión personal" su amago de abandonar. En ese momento, el alcalde anunció "con mucha tristeza" que tras el 9 de marzo, día de las elecciones generales, "abriría una reflexión personal". Y es que Gallardón se sintió "derrotado". Al final, todo quedó en nada.
Éstas no han sido las únicas insinuaciones del alcalde de Madrid. El año pasado, en 2009, antes de que fracasara otra vez el, casi, único proyecto que le ha obsesionado y ocupado durante años –conseguir que se celebraran en la capital los Juegos Olímpicos en 2016 –, Ruiz Gallardón ligó su futuro político a la decisión del Comité Olímpico. "Si el objetivo no se alcanzase, evidentemente, yo, al margen de cualquier responsabilidad, tendría que ser muy consciente de que lo que he considerado prioritario no he sido capaz de alcanzarlo". Tampoco en esta ocasión cumplió con lo anunciado.
Da la casualidad, con permiso de Manuel Fraga, que quienes más anuncian que se van, son los que más se quedan. Pero las coincidencias entre estos tres políticos no se quedan sólo ahí. Este mismo mes de diciembre, según una encuesta de El Mundo, Bono y Rubalcaba eran los favoritos para sustituir a Zapatero entre los encuestados y Gallardón para ocupar el puesto de Rajoy al frente del PP.